sábado, 20 de mayo de 2023

San Hospicio de Niza. (Siglo VI). Festividad del 21 de mayo.

    Su biógrafo afirma que San Hospicio era un santo eremita “vestido de áspero cilicio, rodeado de cadenas de hierro y atado a una de ellas dentro de una torre, comiendo sólo un poco de pan con dátiles y algunas raíces de hierbas, y bebiendo sólo agua”.

Junto a la torre había un monasterio que a pesar de tener un prior se regía por los consejos espirituales de aquel siervo de Dios, admiración de la ciudad entera y de toda la comarca, que no eran otras que Niza y lo que hoy llamamos la Costa Azul.
San Hospicio de Niza.

Estos nombres no suelen evocar penitencias duras y heroicas, y es posible que ya en aquel lejano siglo los nizardos no se distinguiesen por la austeridad de su vida y la práctica de las más altas virtudes, porque, según san Hospicio, tenían a Dios muy enojado con su “infidelidad, poca reverencia a los templos, poco amor a los pobres y otros infinitos vicios”.

De ahí que profetizara la llegada de unos bárbaros que iban a destruir la ciudad y todos aquellos alrededores como castigo divino, aconsejando a los monjes que fuesen a vivir a otros lugares. Los longobardos hicieron realidad el anuncio del predicó a los invasores, convirtiendo al parecer a no pocos de ellos.

Cuando los longobardos entraron en una celda encontraron a San Hospicio encadenado, y ello les llevó a pensar que era un delincuente. Para no tener problemas con criminales pensaron ejecutarlo pues el no negó que no fuera un criminal, y sin más, allí mismo en la celda quisieron ejecutarlo, al levantar la espada el verdugo el brazo se le quedó paralizado. Este hecho les llevó a pensar que en este hombre había algo de sobrenatural en él. Quien iba a ejecutarlo se convirtió permaneciendo el resto de sus días junto a San Hospicio como servidor.

El extremo de la península de Cap Ferrat lleva aún su nombre, pero, ¡qué pensará san Hospicio en su gloria de sus paisanos de Niza, de la Costa Azul y de los nuevos bárbaros que acuden, más o menos pacíficamente, a broncearse al sol del sur?

Publicado en Cuenca, 21 de mayo de 2020.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.




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