viernes, 26 de abril de 2024

Ntra. Sra. de Montserrat. Festividad del 27 de abril.

     Dicen las crónicas que a siete leguas al poniente de la ciudad de Barcelona se yergue majestuosa la montaña de Montserrat. En el punto más alto de la montaña –el San Jerónimo- se eleva a 1236 m. sobre el nivel del mar y en las agrias laderas de este monte está edificado un Santuario que es de los más célebre del orbe católico. En él se venera una imagen antiquísima de la Santísima Virgen.

Nuestra Señora de Montserrat.

Una el año 880 y una de las deliciosas tardes de abril, sábado, del día 25, cuando al anochecer, unos pastorcillos que guardaban sus rebaños al pie del Montserrat, vieron unas luces como estrellas resplandecientes que bajaban del cielo a uno de los extremos de la montaña, e iban a esconderse en un ángulo oriental. Confusos y atemorizados, mayormente cuando varios sábados consecutivos y a idéntica hora les sorprendió la misma visión, acompañada al fin de suavísimos cánticos, comunicaron el suceso al mismo Obispo, que era de Vich, y residía a la sazón en la vecina ciudad de Manresa. Al prodigio de las estrellas, añade el sabio autor de Marca Hispánica, el de unos bueyes que solían acercarse a la cueva en donde estaba oculta la Imagen; allí permanecían como embelesados, y luego volvían al establo más satisfechos que los que habían pasado el día pastando en el monte.

Gotmar, que así se llamaba el Prelado, se dirigió al lugar referido, donde mereció ser testigo al maravilloso acontecimiento. Habiendo orado fervorosamente, se acercó al sitio señalado por las misteriosas estrellas, y entre arbustos y malezas descubrió en la cavidad de una gran roca la sagrada imagen de María, antes barcelonesa, que desde entonces había de tomar el título de Nuestra Señora de Montserrat.

Se organizó una procesión y el Obispo llevó la venerada imagen con sus propias manos. Pensaba llevarla a Barcelona y colocarla en la Catedral para que fuese su más rico tesoro; pero eran otros los designios de la Divina Providencia. Al llegar la piadosa comitiva a cierto paraje de la montaña, permaneció la santa Imagen como enclavada, y fueron inútiles cuantos esfuerzos se hicieron para moverla. Bien se manifestaba en esto la voluntad de Dios y de su Inmaculada Madre. Quería reinar desde aquella singular montaña que es como el corazón de Cataluña.

El obispo Gotmar edificó en aquel lugar una modesta capilla. Debió ser una ermita sencilla y reducida. Por esas fechas de 888 había en la montaña varias capillas. Por ese mismo año, el conde de Barcelona Wilfrido el Velloso cedió la montaña de Montserrat a los monjes benedictinos del monasterio de Ripoll. De allí pasaron los primeros monjes a fundar el monasterio de Montserrat ya por el año 986. Se estableció junto al primitivo templo de la Virgen, para atender a su culto y ser sus celosos custodios. Este fue el origen de la famosa abadía de Montserrat

Cuenca, 27 de abril de 2021 y el 27 de abril de 2024.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Festividades del año litúrgico. Dr. Vicente Tena. Editorial Luis Vives. Zaragoza. 1945

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

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