Dice de ella
el Santoral Cristiano del Padre Juan Croisser, que era una venerable doncella
por el delicado y constante ejercicio de una sólida virtud. Algunos dicen, que
fue de ilustre nacimiento, y que desde sus más tiernos años había sido criada
en la religión cristiana. Lo que todos contestan es, que era toda veneración y el ejemplo de los cristianos de Alejandría,
que vivía en sumo retiro, en un continuo ayuno, en oración perpetua, y en la
más exacta práctica de todas las virtudes.
Fue y es una
santa muy popular porque se la invoca contra el dolor de muelas debido a que
sus torturadores le golpearon en el rostro hasta arrancarle todos los dientes.
Se la suele representar con unas tenazas en la mano como las que se utilizaban
en la antigüedad para las extracciones.
Santa Apolonia. |
Era de
Alejandría, diaconisa (mujeres que en la primitiva Iglesia se ocupaban del
cuidado de los pobres), ya de avanzada edad a comienzos del siglo III, según la
Leyenda Aurea, Santa Apolonia era: “virgen
venerable a la que adornaban las flores de la castidad, la austeridad y la
limpieza de corazón”.
En un tumulto
contra los cristianos quisieron persuadirla de que sacrificarse a los dioses,
ante su firme negativa la desdentaron a golpes y luego encendieron una hoguera
amenazandola con quemarla viva si no apostataba.
El final es un
poco turbador porque Apolonia, después de abismarse en una corta plegaria, se
arrojó ella misma al fuego y en él murió. Quedaron atónitos los gentiles,
mirándose los unos a los otros, como embargada la voz, y llenos de suspense,
sin atreverse a creer lo mismo que veían, porque no acertaban a comprender como
era posible que una doncella tuviese ese valor, y se diese más prisa a
ofrecerse a Dios en sacrificio siendo consumida por las llamas, que ansias tenían
ellos de verla cuanto antes reducida a cenizas.
Los cristianos
se aplicaron con el mayor cuidado a recoger lo que pudieron del sagrado cuerpo,
con especialidad los dientes esparcidos por el suelo, que como preciosas
reliquias, fueron distribuidos por varias iglesias de la cristiandad.
Los continuos
favores que cada día experimentan los que recurren a la intercesión de Santa
Apolonia acreditan el gran poder que nuestra Santa tiene con Dios, y la bondad
con que atiende a los que implorar su protección.
En nuestra
Catedral conquense se dispone de una imagen de Santa Apolonia, situada en el
lado izquierdo del Altar de la Virgen del Alba. Esta imagen es obra de José
Martín de Aldehuela, que dejó en ella la impronta de su sensibilidad y de su
buen gusto.
Santa Apolonia. Obra de José Martín de Aldehuela.
Siglo XVIII - Catedral de Cuenca.
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En los
Breviarios más antiguo de las iglesias, se hallan oraciones particulares para
pedir a Dios por la intersección de Santa Apolonia, que nos libre de varias
enfermedades corporales y singularmente de los males de dientes, como se ve por
esta oración que se lee en el Breviario de la iglesia de Colonia:
“O Dios, por cuyo amor la bienaventurada virgen,
y mártir Santa Apolonia sufrió con tanta constancia, que le arrancasen todos
los dientes; te suplicamos nos concedas, que todos aquellos que implorasen su
intersección, sean libres de males de dientes, y de cabeza; y después de las
miserias de este destierro, les otorguéis la gracia de que arriben a los gozos
eternos de la patria celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, Hijo vuestro, que
siendo Dios, vive y reina con vos en unidad del Espíritu Santo por los siglos
de los siglos. Amén”.
Publicado en Cuenca, 9 de
febrero de 2021. Actualizado el 9 de febrero de 2024.
Por: José María Rodríguez
González. Profesor e investigador histórico.
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