Este es uno de
los santos marciales que hay en Oriente, como Demetrio y Jorge, muy populares
en Grecia, y a quien aún puede verse en la Catedral de Chartres con todas sus
armas. Es uno de los mártires provenientes del mundo de la milicia. Fue capitán
de soldados. Hizo honor a su nombre cuyo significado es “Adorador de Dios”, con el testimonio de su sangre derramada. Ejerce
el mando en tiempos del emperador Licio. Murió mártir en Herencia, por el año
319, defendiendo la fe y sabiendo anteponer a su lealtad de soldado la preeminencia
de obediencia a Dios.
Cuenta su
leyenda que pasaba su vida librando las tierras de alimañas, monstruos y
dragones. Donde se resalta su condición de hombre de fe es en una de los desplazamientos
que hacía el emperador visitando el imperio, revisando las fuerzas militares y
comprobando el estado de las posiciones. En esta ocasión lleva consigo todas
las imágenes idolátricas de los dioses romanos. Teodoro pidió a Licinio que le dejase
los ídolos con objeto de perfumarlos en su casa, para que inspirasen más
veneración cuando fuesen a dorarlos en público. Una vez en su poder los hizo
pedazos, trozos que repartió entre los pobres al estar hechas éstas de oro y
plata. Licinio montó en cólera.
Esta acción le
valió el martirio por degüello precedido de incontables tormentos que están relatados
en las actas martiriales tardías. Sí se habla de sus muchas heridas sanadas por
ángeles y de conversiones multitudinarias de testigos presenciales al comprobar
su firmeza hasta el último momento de su muerte, ocurrida el 7 de febrero del año
319.
Teodoro parece
reunir astucia y heroísmo, fe y sentido práctico, con unas gotas de humor que
le darán en el Cielo una sonrisa de mártir socarrón. No deja su acción de
animar nuestra existencia, posiblemente su biógrafo quiso personificar en él
que la fe no está reñida con el sentido práctico y que la valentía profesional
debe acompañar a la fortaleza que da la entrega a Dios.
Publicado en Cuenca, 7 de
febrero de 2020 y el 7 de febrero de 2024.
Por: José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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