domingo, 21 de enero de 2024

Efemérides conquenses del día 22 de enero. Muerte de obispo D. Sebastián Ramírez de Arellana.

   El día 22 de enero de 1547 moría el Obispo de Cuenca D. Sebastián Ramírez de Arellana, Virrey de Nueva España e Islas Occidentales. Nació en Villaescusa de Haro (Cuenca). A este insigne Obispo le debe la Catedral de Cuenca muchas de las más importantes obras de arte del renacimiento que contiene, como es una de ellas el Pórtico de la Gloria, conocido como Puerta de Jamete. En su pueblo realizó, a su costa, el Monasterio de Santa Cruz, donde está enterrado.
D. Sebastián Ramírez
   D. Sebastián Ramírez ganó una beca para el colegio mayor de Santa Cruz de Valladolid el 16 de 1506. Se doctoró en Derecho y siendo un hombre dotado de una prudencia admirable, fue agraciado con la plaza de inquisidor de Sevilla; de ella fue elevado a oidor de Granada y ascendió a la presidencia de su Chancillería. El Emperador Carlos V, que veía con suma complacencia la laboriosidad y acierto de D. Sebastián Ramírez en cuantos encargos le encomendaba, le confió la presidencia de la Isla de Santo Domingo y juntamente su obispado y el de la Concepción de la Vega, unidas con la abadía de la Jamaica. Llegó D. Sebastián Ramírez a finales del año de 1528 y fue como la aurora que llevó a aquellos isleños la luz de la fe.

El 25 de julio de 1542 fue promovido a la mitra de Cuenca y a la presidencia de la Audiencia de Valladolid; pero renunció para consagrarse exclusivamente a las necesidades de su Obispado.

Dedicó sus rentas al amparo de desvalidos. Agradecido al colegio donde recibió la ciencia que le encumbró, le legó una dotación que se repartía anualmente entre los varios colegios de San Bartolomé. Consumió grandes sumas de sus rentas en embellecer la catedral de Cuenca, y en Villaescusa de Haro, fundó el monasterio de Santa Cruz de religiosos Dominicos.

No tuvo D. Sebastián Ramírez el placer de ver concluida sus obras y dejó, tras su muerte, 10.000 ducados para finalizar las obras emprendidas. Murió el 22 de enero de 1547, siendo enterrado en el convento de Santa Cruz de su pueblo natal.

En este pontificado fue concluida la soberbia entrada a la Claustra, cuyas bellezas narra D. Antonio Pons en el tomo tercero de sus Viajes, con estas palabras: “La fachada del claustro es seguramente una obra que, parándose a reconocer, y considerar por menor todas sus partes, causa admiración….La variedad y multitud de adornos que hay en ella…”

Publicado en Cuenca, 22 de enero de 2020 y el 22 de enero de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.


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