domingo, 14 de enero de 2024

San Pablo el primer ermitaño. Festividad del 15 de enero.

     Es también conocido con el nombre de Pablo de Tebas. Está considerado como el primer ermitaño y así lo refleja en su pintura José de Ribera (1640) que puede ser apreciada en el Museo del Prado.
San Pablo el ermitaño. Obra de José Ribera (1640) Museo del Prado

Así le llama San Jerónimo, su primer biógrafo: “Príncipe de la vida eremítica”, fue  origen y modelo de todos los ermitaños de la cristiandad. Después de la era de los mártires, los que ansían la perfección eligen el desierto, y la Tebaida, en Egipto, es uno de los lugares predilectos de estos solitarios.

Parece que era de Tebas, nacido a orillas del Nilo de una familia cristiana, y cuando contaba nos 20 años la persecución de Decio le empujó al desierto, en el que acabó adentrándose hasta encontrar cierta caverna en una montaña blanca, un refugio muy escondido donde tiempo atrás se fabricó moneda falsa.

Allí se instaló para siempre, vestido con una túnica de hojas de palmera, alimentándose de frutos de este árbol y bebiendo el agua de un arroyo de las cercanías. En la soledad más absoluta, muerto para los hombres, rezaba y meditando frente al misterio de Dios que llenaba toda su existencia.

Refiere San Jerónimo que así transcurrieron muchísimos años, hasta que ya de edad avanzada, centenario tal vez, recibió la insospechada visita de otro anciano, San Antonio abad, a quien Dios había revelado en sueños que vivía en el desierto otro ermitaño que era un tesoro de virtud.

Al principio, Pablo hace oídos sordos a su llamada, pero al fin se abrazan reconociéndose a pesar de no haberse visto nunca, y sostienen coloquios espirituales mientras un cuervo diariamente le trae medio pan al ermitaño, aquel día lleva en su pico ración doble.
Encuentro de San Pablo el ermitaño San Antonio.
Obra de Velázquez (1634) Museo del Prado.
 Pablo no tarda en morir y es Antonio quien le entierra con la ayuda de dos leones que cavan su fosa. Así Velázquez pintó ese momento de encuentro fraternal, como un éxtasis sobre un fondo bello y grandioso de peñas graníticas.

Publicado en Cuenca, 15 de enero de 2021 y el 14 de enero de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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