lunes, 4 de diciembre de 2023

San Sabas (439-532). Festividad del 5 de diciembre.

 El Santo de hoy, san Sabas, había nacido en Capadocia por el año 439, y desde muy niño empezó la vida de oración y penitencia bajo la dirección de Flaviano, que vivía cerca de Mutalasca, la ciudad natal de Sabas.

San Sabas, monje y penitente.

Los orientales le dan los nombres de "Teóforo", "El Santificado", "Ciudadano de Jerusalén", "Estrella del desierto", "El Patriarca de los Monjes". Tuvo por biógrafo a su discípulo, el galileo Cirilo de Escitópolis, quien siendo aún muchacho conoció a San Sabas y se decidió con su trato a abrazar la vida de perfección.

Cuenta su biógrafo, que un día trabajando en el huerto se fijó en unas manzanas hermosas que colgaban maduras de un manzano. Tomó una y, cuando iba a probarla, reflexionó bajo la inspiración de su ángel de la guarda. Aquello era una tentación y acto de gula. Se reprendió a sí mismo la inmortificación, tiró la manzana al suelo y la pisó con sus pies, prometiendo no probar nunca más fruta en su vida.

No tenía cumplidos los veinte años y decidió hacer una peregrinación a los Santos Lugares. Oyó hablar de la santidad y prudencia de San Eutimio, que mandaba un monasterio cercano a la ciudad. Se fue allá y se puso bajo la dirección del gran abad. Por consejo suyo se dirigió luego al de  San Teoctisto.  

La historia de su vida es un ejemplo de largos años de penitencia, dirección espiritual y en su vejez de lucha por la ortodoxia amenazada por los herejes. Al dominio de sí mismo y a la renuncia al mundo, en los tiempos finales, la intransigente heroica y batalladora por la fe.

Extrayendo de su prodigiosa vida el episodio de su última estancia en Constantinopla, ya nonagenario, con la pretensión de que le recibiera el gran emperador Justiniano, para urgirle que defendiera al cristianismo en toda su pureza. En la pompa del palacio, ante el Basilaus comparece la sombra macerada y ardiente del eremita.

El emperador le escucha, atiende sus razones y antes de que se vaya quiere darle dinero, que Sabas, como era de esperar, rechaza, porque dice no necesitarlo. Entonces Justiniano pide su bendición, que desciende sobre su cabeza imperial con el añadido de una propina profética que le anuncia conquistas en África, Italia y España. Como quien regala un sueño de poder efímero, mientras él vuelve a su caverna para esperar la muerte.

La paz de nuestro Santo de hoy, se vió perturbada varias veces por las quejas de algunos monjes relajados, que le obligaron a que se retirara por algún tiempo al desierto de Escitópolis y las luchas dogmáticas del exterior. Dos viajes tuvo que hacer a Constantinopla para defender la fe de Nicea y Éfeso. Vuelto a su laura murió  en el año 532. Su culto llegó a Occidente por los monjes que huyeron de Jerusalén en la invasión árabe del siglo VII.

Publicado en Cuenca, 5 de diciembre de 2020 y el 5 de diciembre de 2023.

   Por:  José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

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