Como docente permítanme una pequeña reseña sobre las escuelas Palafox de Cuenca.
El día 22 de agosto de 1783, D. Antonio Palafox, Obispo de Cuenca, crea dos escuelas, una para niños y otra para niñas, en la capital, construyendo un gran edificio con viviendas para los maestros y un patronato bien dotado.
En el año 1774, siendo arcediano del Sr. Palafox, viendo que por la decadencia de las artes muchos pobres dedicaban a sus hijos a la mendicidad, compañera del vicio, madre de la ignorancia y sendero del crimen, atacó a estos males en su raíz. Procuró desterrar la miseria de de los padres para abolir la vagancia de los hijos, promoviendo en esta ciudad y su obispado la industria popular, poniendo a sus expensas una nueva fábrica de tejidos y trayendo maestros que enseñasen la fabricación de barraganes, sargas, bayetas, paños y alfombras. Viendo que la casa que compró para esta fábrica no daba ocupación por sus reducidos límites a tantos operarios como él deseaba, la trasladó a la casa que fue de la Moneda, cuya cesión solicitó y obtuvo del rey Carlos III en el año 1780.
En 1783 tomó a su cargo el establecimiento de escuelas gratuitas de niños y niñas, construyendo a sus expensas en el centro de la ciudad un espacioso y sólido edificio, con grandes salas para la enseñanza y seis habitaciones desahogadas; tres para dos maestros y un ayudante para los niños y otras tres para dos maestras y otra ayudante para las niñas, como también la de un maestro de dibujo que enseñaba por las tarde que sostuvo a sus expensas.
Estas escuelas, que hoy conocemos como las escuelas Palafox, en su día, el Obispo no quiso que llevaran su nombre y fueron tituladas bajo el epígrafe de “Escuelas de la Sociedad”.
Publicado en Cuenca, 22 de agosto de 2020, y 22 de agosto de 2024.
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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