Fue un papa muy amado por su bondad, su sencillez y su humildad, siempre incómodo en medio de la pompa vaticana, recordando una y otra vez la pobreza de su origen y de su familia, y amigo de los pobres hasta desposeerse de todo, abrazando con gozo la pobreza tal como escribió en su testamento: “Nací pobre, he vivido pobre y quiero morir pobre”.
San Pío X |
Al mismo tiempo, activísimo y enérgico (“sacerdote y fatiga son dos términos equivalentes”, “restaurarlo todo en Cristo”), intransigente en la fe y en la defensa de la Iglesia. Mazazo al modernismo –actitud que los progresistas actuales aún no lo perdonan- y mano tendida a los modernistas; férreo en los principios, pero “si él da un paso, usted dé dos”, recomendaba al obispo del rebelde abate Loisy.
Los papas del mundo moderno, sometidos a la luz y a la crítica abierta, aparecen con su inextricable amalgama de virtudes y limitaciones, les conocemos tan bien que su lado humano oscurece los aspectos espirituales de su figura. Ser Vicediós en estas condiciones es muy difícil, y sin duda Pío X tuvo errores, porque no hay hombre de gobierno intachable.
Se le ha acusado de ser demasiado rígido en la doctrina, aunque según otros sólo cumplió dolorosamente con su deber. Los momentos de crisis no son para blanduras, y acertado o no en sus métodos, Pío X hizo siempre honor a su apelativo de “el Papa de lo sobrenatural” y tuvo prioridades muy claras que son de santo: “El mal existe, pero antes de combatirlo en los demás tenemos que destruirlo en nosotros mismos”.
Cuenca, 21 de agosto de 2020 y 21 de agosto de 2024.
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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FUENTES
CONSULTADAS:
-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La
casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.
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