Los orígenes remotos del culto del Purísimo Corazón de María se encuentran en los Comentarios de los Santos Padres al Cantar de los Cantares. Más cercanos a nosotros están muchos santos y santas de la Edad Media que se distinguieron por la práctica y amor a esta devoción mariana. La primera aprobación de la Seda Apostólica se debe a Pío VII, en el siglo XIX, el cual concedió la fiesta del Corazón de María a todas las diócesis y familias religiosas que la habían solicitado, y la fijó en el domingo siguiente a la Asunción.
A mediados del mismo siglo XIX, como la fiesta del Corazón de María se iba extendiendo cada día más por todo el orbe católico, Pío IX dio orden a la Sagrada Congregación de Ritos para que fijara el Oficio y la Misa propia.
El 8 de diciembre de 1942, a imitación de León XIII, que había consagrado el género humano al Sacratísimo Corazón de Jesús, en circunstancias tan adversas como las ocasionadas por la tremenda guerra mundial que acababa de terminar, Pío XII consagró también el mundo universo al Corazón de la Virgen, Madre de todos los hombres.
El 10 de diciembre del siguiente año 1943 se sometió a la aprobación del Santísimo el Oficio y la Misa propia que se ha de rezar el 22 de agosto todos los años en honra del Corazón Inmaculado de María, para el recuerdo de la consagración que le hizo el Papa el año anterior, para el logro de la paz y de la libertad de la Iglesia, para que los pecadores vuelvan a la vida de gracia y todos los fieles se arraiguen más en el amor y en el ejercicio de las virtudes.
Esta es la historia y el fin de la fiesta que hoy celebramos. Su objeto lo precisa también el cardenal prefecto de la Congragación de Ritos.
El culto se dirige a la persona bendita de la Virgen María para honrar, bajo el símbolo de su Corazón, la eximia y singularísima santidad de su alma, y singularmente su ardiente caridad a Dios y a Jesús su Hijo, así como su maternal piedad para que con todos los hombres redimidos con la Sangre Divina del Salvador.
Con el decreto del 4 de mayo de 1944, con que se extiende a toda la Iglesia el Oficio y Misa del Purísimo Corazón de María, da cuenta el cardenal Salotti, prefecto de la Sagrada Congregación de Ritos, de la trayectoria que ha seguido esta devoción y de su verdadero objetivo.
Publicado en Cuenca, 22 de agosto de 2020 y 22 de agosto de 2024.
Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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FUENTES
CONSULTADAS:
-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La
casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.
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