“La Virgen Rosa fue la primera flor de santidad en la América del Sur”
Dice el breviario, porque, efectivamente su canonización fue en el año 1671, así que fue la primera nacida en las tierras americanas que fue elevada a los altares. Aunque de padres españoles, Isabel de Flores y de Oliva era limeña nacida en el virreinato del Perú.
Su familia no estaba en buena posición y ella contribuía al sostenimiento de la casa haciendo de jardinera y bordadora; se negó a casarse, a los veinte años ingresó en la orden tercera de santo Domingo (exageran, pues, los cuadros y estampas que la representan con hábito de las dominicas, porque nunca fue monja) y, sin dejar de trabajar, se entregó a una vida de duras penitencias.
Solía retirarse a una especie de eremitorio que se había hecho en el jardín de sus padres, poniéndose como modelo a la santa dominica Catalina de Siena, y sus experiencias místicas despertaron el recelo de las autoridades eclesiásticas, gracias a lo cual tenemos un interrogatorio que permite asomarse a su vida interior.
Se le atribuyen poéticos prodigios que rodean su figura de un halo de irrealidad: se dice que las flores volvían su cáliz hacia ella cuando pasaba, que un ruiseñor cantaba ante su ventana durante la cuaresma, pero lo cierto es que, de puertas para afuera, todo en ella fue mucho más sencillo y normal: seguía haciendo de jardinera, cuidaba pobres y enfermos, sobre todo indios y esclavos.
Era una joven –porque nunca dejó de serlo, murió a los treinta y un años- muy hermosa, sin que sus mortificaciones se traslucieran en absoluto, alegre y activísima. La patrona de América del Sur no debía de responder a ese arquetipo dulzón de tantas imágenes suyas, coronada de flores y con una belleza cérea, casi de otro mundo. La vemos más bien morena por el sol y con fuertes y arañadas manos de jardinera.
Publicado en Cuenca, 23 de agosto de 2020 y 23 de agosto de 2024.
Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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FUENTES
CONSULTADAS:
-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La
casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.
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