Las dos
primeras letras de Plutón, corresponden a las dos primeras iniciales del gran
astrónomo Percival Lowell, quien ya en 1914, intuyó la existencia de este
planeta y quien dedicó los últimos años de su vida a buscar el planeta perdido.
A fin de encontrarlo, fundó un observatorio que él mismo financió.
Lamentablemente, el planeta no fue descubierto y fotografiado hasta 15 años
después de su fallecimiento. El hallazgo fue realizado por C.N. Tombaugh el día
21 de enero de 1930.
Desde Plutón y
Caronte, al Sol se le ve 40 veces más pequeño que desde la Tierra, como si
fuera una gran estrella pero tan alejada, que es incapaz de calentar al
planeta. Plutón es le noveno y último, hasta ahora, astro de nuestro Sistema
Solar. Muy poco sabemos de él, pues el Voyager, que tantos misterios nos ha
desvelado, sólo tenía previsto su periplo llagar hasta Neptuno.
El planeta
tiene una órbita excepcionalmente inclinada (17 grados) con respecto a la
Eclíptica, además de muy excéntrica, por lo que es dificilísimo encontrarlo en
el cielo. Gracias a las fotografías realizadas por el telescopio espacial
Habble, los astrónomos han calculado que el diámetro de planeta es de 2.320 km.
SU velocidad de escape se ha calculado en unos 1.100 m/seg., t su temperatura
de unos -230 grados negativos aproximadamente, por lo que se cree que los
componentes de su superficie se encontrarían helada. El día dura 6,39 días
terrestres, mientras que el año es equivalente a 247,7 de nos terrestres.
Debido a esta lentitud es posible observarlo en el cielo durante muchos años.
Hablando de
lunas, para los lunáticos como yo, diré que sólo se le conoce un satélite
llamado Caronte, descubierto en 1978 por un astrónomo americano llamado
Hamilton. Caronte, en la mitología griega era el barqueo del río Styx, quien
transportaba a los muertos al mundo de las tinieblas y que debían llevar en su
boca una moneda como pago del viaje.
Plutón,
mitológicamente hablando era hijo de Saturno y de Ops, como comenté ayer. Este
dios era de aspecto sombrío y rudo, poseía una barba muy poblada y se le
representaba con un cetro negro y un casco de piel de animal, obsequio de los
cíclopes para que pudiera hacerse invisible. Su vida trascurría en el Tártaro,
ubicado en un lugar conocido como la prisión de los condenados, era el lugar
donde iban a parar los más terribles criminales a sufrir los peores tormentos.
En su reino se
encontraba acompañado de cuatro caballos y el temido can Cerbero, el cual era
el perro guardián de tres cabezas. En este lugar esperaban a las almas que eran
transportadas por el barquero por los lagos del inframundo, para ser juzgados
con severidad.
Plutón se
enamoró de Proserpina, hija de Ceres y hermana de Plutón, éste se la llevó
hasta sus aposentos y se desposó con ella. Ceres, el padre de Proserpina cayó
en una gran depresión y pidió al padre de Plutón, Saturno que intercediera para
que le fuera devuelta su hija, tan grande fue su dolor que se olvidó de
bendecir la tierra y las cosechas, causando una gran hambruna en la tierra de
los mortales. Ante tal hecho tuvo que intervenir Saturno al no querer Plutón
devolver a su amada, hubo que arbitrar una solución intermedia, de esta manera
se acordó que seis meses estuviera acompañando a su madre, en la época donde
todo nace y florece como es la primavera y el verano y los otros seis meses con
su amor, Plutón, que serían los meses del otoño y el invierno, de esta forma se
originaron las cuatro estaciones del año terrestre.
Cuenca, 29 de
abril de 2020.
José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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-Otros mundos. ABC. Madrid. 1997
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