Es la estación más esperada, El verano y el primer día se denomina Solsticio de verano. Este día es el más lardo del año, entendiendo
por ello que tiene más horas de luz entre la salida y la puesta de Sol. En
Cuenca el día durará 15 horas y 3 minutos.
Un hecho circunstancial no
relacionado con el inicio de las estaciones se da también en esta época, es el día
del afelio, llamado así al día en que el Sol y la Tierra están más alejados
entre sí a lo largo del año. Es este mayor alejamiento al Sol la causa de que
la Tierra se mueva más lentamente a lo largo de su órbita elíptica durante el
verano (según la segunda ley de Kepler), y por lo tanto esta estación será la de
mayor duración.
Desde tiempos ancestrales la
sociedad ha festejado el cambio de esta estación con hogueras, festivales y
levantando monumentos como los de Stonehenge en Inglaterra, Carnac en Egipto y
Chanquillo en Perú, ello son el ejemplo que nos han quedado esas civilizaciones, que durante más de 5.000 años, los habitantes de estos lugares del planeta
han observado el recorrido septentrional y meridional del Sol, dejando su pensar en estas construcciones grandiosas.
Sabemos poco sobre la gente que
erigió estos monumentos y de las razones por las que realizaron este colosal
esfuerzo constructivo, que exigió desplazar piedras de varias toneladas desde
afloramientos situados nada menos que a 225 kilómetros. Todo este esfuerzo para
señalar en punto exacto del horizonte al que el Sol regresa cada año para
permanecer quieto un instante antes de reemprender el camino hacia el sur.
El Sol como astro rey de nuestro
sistema es la luz, es el calor, es la vida y de esta idea nació el concepto de
poder creador, poder eterno que prodiga infinitos beneficios para los seres
humanos. Como todo poder físico y misterioso fue considerado por las antiguas
civilizaciones como una manifestación superior de la divinidad.
Los cultos y misterios de las
antiguas civilizaciones están basados en la marcha aparente del Sol, declinando
hacia el ocaso. La muerte y la resurrección son imagen de las vicisitudes del
día y la noche, de la muerte y que es una necesidad de la vida y de la vida que
nace de la muerte; es como el combate eterno que intentan trasmitir todas las
religiones bajo nombres y alegorías distintas como vemos en la lucha de Tifón
contra Osiris, de Ormuz contra Ahrimán, de los Titanes contra Júpiter, de Juno
contra Hércules o ya en nuestra era la rebelión de los ángeles rebeldes contra
Dios.
Esta fecha era celebrada en las
antiguas tribus germanas, eslavas y celtas en Europa con hogueras. Era la noche
de festivales del fuego y de la magia del amor, de oráculo para el amor y la
adivinación. Tenía que ver con los amantes y las predicciones. Las parejas de
amantes saltaban a través de las llamas ya que se creía que los cultivos
crecerían tan altos como lo que las parejas fuesen capaces de saltar. A través
del poder del fuero, al calor de la fogata las doncellas se enteraban acerca de
su futuro marido, con lo que espíritus y demonios serían expulsados de la
relación venidera.
Feliz día del Solsticio de verano.
Publicado en Cuenca, 21 de junio de 2019, y 21 de junio de 2024.
José María Rodríguez González. Profesor e investigador
histórico.
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