viernes, 7 de junio de 2024

San Medardo, obispo (456-545). Festividad del 8 de junio.

    Fue S. Medardo uno de los más ilustres prelados que florecieron en Francia en el sexto siglo: nació en Salency de Vermandois por los años de 457, siendo su padre Nectardo, un caballero francés muy calificado y de los más distinguidos en la corte; y su madre, Protagia, descendiente de una de aquellas antiguas familias romanas que se habían connaturalizado en Francia, tan rica, que trajo en dote a su marido la tierra de Salecy, Criaron con el mayor desvelo al niño Medardo, hasta que tuvo edad proporcionada para que le enviasen a estudiar a Vermand, capital de la provincia.

Este santo fue muy popular en la Francia de la Edad Media, y al cual los campesinos invocaban para pedir la lluvia y el buen tiempo. Su tumba en la abadía de Soissons era objeto de gran veneración y de él se contaban divertidas anécdotas, bondadosos prodigios de su caridad.

Vacas robdas cuya esquila no dejaba de sonar, como la voz de la conciencia, hasta que le ladrón devolvía el animal al santo, o merodeadores que una vez en el huerto durante toda una noche no acertaban con la puerta para salir, hasta que san Medardo al despertarse se la indicaba, haciéndoles comprender que todo pecado ciega.

Si hay que atender a la Historia, no es mucho lo que sabemos de él; que estudió en las escuelas monásticas de Vermand y Tournai, que fue ordenado sacerdote por el obispo de Vermand, a quien sucedería años después.

Vermand, junto al Saint Quentin o San Quintín que recuerda la gran victoria de Felipe II, parece que fue destruida por los hunos y los vándalos, y que entonces el santo trasladó su sede a Noyon, por ser ciudad fortificada.

Tuvo también sus conflictos con los intemperantes reyes francos, como Clotario I, quien no obstante sentía por él un gran respeto, pero más que un obispo duro y batallador parece que tuvo una aureola de bondad entre gentes todavía paganas y muy dadas a la violencia, que se ganó justa fama y muy caritativo, y que era hombre para quien Dios hacía pequeños milagros pedagógicos y convincentes.

La iconografía lo representa con un águila sobre su cabeza y es que su leyenda cuenta que cuando era niño, estando en el bosque se sorprendió una gran tormenta y una gigantesca águila voló sobre su cabeza protegiéndolo, con sus extensas alas de la lluvia incesante.

Es patrón de los camareros, de los leñadores, de los agricultores y de los titiriteros.

Publicado en Cuenca, 8 de junio de 2020 y el 8 de junio de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.




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