domingo, 29 de mayo de 2022

Domingo de Pentecostés y la Capilla del Espíritu Santo de la Catedral de Cuenca.

¿Cómo fue y que sucedió ese día, porqué y para qué? Ahora os lo relato y lo desmenuzo, según lo que he investigado.

Con palabras proféticas nos anunciaron: “No os dejaré huérfanos” (Jn.14,18). Cincuenta días después de la Resurrección de Jesucristo, los Apóstoles y otros discípulos, en número de ciento veinte (Hch.1,15), se hallaban reunidos en un mismo lugar: María, Madre de Jesús, estaba con ellos, y perseveraban todos unánimes en la oración.

¿Cómo se relata la venida el Espíritu Santo? Te preguntarás por el hecho de que se dé un número de los reunidos y que sea casualmente el 120. Pues os diré que este número simboliza el comienzo, la partida; simboliza la capacidad de iniciativa con un fuerte espíritu de decisión. Nos está diciendo que para los reunidos fue el día del comienzo de la Iglesia de Cristo.
Venida del Espíritu Santo.
Catedral de Cuenca.

Hacía diez días que esperaban, según recomendaciones del Divino Maestro, en aquel retiro, la próxima venida de aquél que había de traer al mundo el Espíritu de sabiduría y de entendimiento, el Espíritu de consejo y de fortaleza y el Espíritu de ciencia, de piedad y de temor de Dios.

Hacia las nueve de la mañana de repente sobrevino del cielo un ruido, como de viento impetuoso y llenó toda la casa donde estaban. Una ráfaga potente invadió en un instante el Cenáculo y al mismo tiempo vieron aparecer unas como lenguas de fuego, que se repartieron y se asentaron sobre cada uno de los miembros de aquella ilustre asamblea.

Dicen algunos autores que un globo de fuego se posó primero en la cabeza de la Virgen y que dividiéndose allí en tantas lenguas encendidas como asistente había en el Cenáculo, se fueron esparciendo como lluvia de estrellas: así se representa en más de un célebre cuadro de la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles. Según esto, María recibió la plenitud del Espíritu Santo y lo comunicó  a los apóstoles y discípulos actuando, por tanto, como la consideran los Santos Padres y los teólogos, de mediadora y canal universal de todas las gracias.

El viento impetuoso y las lenguas de fuego sólo eran signos exteriores y apariencias sensibles de los efectos que el Espíritu Santo producía interiormente en cada uno de los discípulos, y que debía producir en el corazón de los primeros fieles llenándolos de sus dones (Hch. 2). El Espíritu Santo, tercera Persona de la Santísima Trinidad, Dios igual al Padre y al Hijo, inauguraba su reino visible en la Iglesia y en las almas.

Semejante a fuego irresistible, venía a renovar la faz de la tierra, a sustituir al espíritu de temor por la ley del amor, a establecer la caridad en lugar del antiguo egoísmo y a provocar un vasto incendio en el mundo de las almas. “He venido, dijo el Verbo, a traer fuego a la tierra y mi mayor deseo es ver cómo se abrasa”.

Del día de Pentecostés dice san Crisóstomo estas palabras: “Hoy la tierra se nos ha hecho cielo, no por haber bajado las estrellas del cielo, sino por haber los Apóstoles subido de la tierra al cielo: porque la gracia copiosa del Espíritu Santo hoy se ha derramado por el mundo y le ha convertido  en paraíso; no trocando la naturaleza, pero enmendando y enderezando las voluntades. Halló el Espíritu Santo al publicano y le hizo evangelista; halló al perseguidor y lo hizo apóstol; halló al ladrón, y lo llevó al paraíso; halló a la pecadora, y la hizo igual a las vírgenes,... Desarraigó la maldad y plantó la bondad; desterró la servidumbre y trajo libertad; perdonó la deuda y nos dio  la gracia; y por esto digo que hoy la tierra se ha hecho cielo”.

La catedral conquense guarda una de sus joyas más preciadas, junto al claustro como es la capilla del Espíritu Santo. Hoy voy a trascribir lo que nos dice de ella la Guía Larragaña, creo que bien vale el saber que han escrito de ellas otros autores y no sólo la persona que suscribe. Toda opinión es válida.
Catedral de Cuenca. Retablo Capilla del Espíritu Santo.
   La capilla del Espíritu Santo fue fundada en 1440 y rectificada en 1575. En el centro del altar un gran cuadro de la Venida del Espíritu Santo, y a sus lados Santiago y San Juan Bautista; otros dos lienzos, el Entierro de Cristo y el Martirio de San Bartolomé (Tras su restauración sabemos que corresponde al martirio de san Serapio del pintor Juan Andrés Ricci), son debidos al pincel de Zúcaro. En otros dos retablos del crucero, buenas pinturas de Andrés de Vargas representando a San Gregorio y san Honorato, y bajo el coro el sepulcro de Jesús, copia del Caravaggio de Roma.

Panteón de los marqueses de Cañete, fue fundada en el siglo XV por don Juan Hurtado de Mendoza, señor de dicha villa, y reedificado después en el siglo XVI por su descendiente Rodrigo de Mendoza, mostrándose en inscripción aclaratoria los yacentes en los sepulcros de mármol rojo, don Juan Hurtado de Mendoza y su mujer doña Inés de Manrique con su hijo Honorato de Mendoza y nuera doña Francisca de Silva, en el lado derecho del altar mayor, mientras en el opuesto se ve el nombre de don Francisco de Mendoza, obispo y cardenal de Burgos, gobernador y capitán general en Italia. En el brazo de la cruz que forma la planta están las lápidas de don Andrés Hurtado de Mendoza…

Cerrada al público durante todo el año, sólo es libre el acceso durante tres días en la Pascua de Pentecostés, en que se reza al Espíritu Santo y pueden verse las pinturas de Zúcaro que adornan el altar mayor y otras del conquense Andrés de Vargas en pequeños retablos y las banderas conquistadas por los Mendoza que hay pendientes en las paredes.
En la actualidad esta abierta todo el año.

Publicado en Cuenca, 30 de mayo de 2020.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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Fuentes:

-Festividades del año Litúrgico. Editorial Luis Vives. S.A. Dr. Vicente Tena. Barbastro, 1945.
       -CUENCA. Guía Larrañaga. Excmo. Diputación Provincial de Cuenca. 1990.  


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