El Obispo
Bernalt Zafón fue electo el 21 de septiembre de 1362. Su caso fue algo anormal,
pues se le puso la condición de que se había de consagrar en un tiempo
determinado y con este motivo D. Bernalt hizo una protesta, antes de finalizar
ese año, ante el Arzobispo y Cabildo de Toledo, para que no le perjudicara si
no podía llegar a tiempo para su consagración, por que teniendo que acudir a
Roma a sacar la Bula correspondiente y satisfacer los derechos, esto le era muy
difícil por la prohibición que había de extraer moneda del reino, por los
peligros que ello conllevaba, aun vencida esta dificultad, había otras como,
las continuas guerras y numerosas grupos que ocupaban poblaciones y caminos. No
obstante tomo posesión de su silla y desplegó en el régimen de la diócesis un
celo y una actividad antes nunca vista.
El 13 de enero
de la era 1401 donó 3.800 maravedís para la distribución de los maitines de
noche, (estos se rezaban a la media noche y continuaron rezándose de este modo
hasta el pontificado de D. Florez, en que acaeció el incendio de parte del coro
y de un órgano. Por este motivo fueron trasladados al anochecer, lo cual
continuó hasta la guerra de la independencia, en que el Ilmo. Sr. Falcón y
Salcedo los trasladó a otras horas). En gratitud los canónigos prometieron un
responso perpetuo por D. Bernalt cada día después de maitines y las oraciones
acostumbradas por las almas de sus padres. A demás, en la era de 1405 asignó
otros tres mil maravedís sobre la Fábrica con el mismo objeto. En este mismo
año mandó Arcipreste de Moya que restituyese al Cabildo un medio diezmo a sus
asignaciones y el 8 de noviembre de 1370 expidió un privilegio por el que
concedía a ochenta canónigos extravagantes los diezmos prediales y personales,
con la condición de residir cuatro meses, continuos o interpolados en la ciudad
y asistir a las horas canónicas.
Para mayor
aclaración diré que los canónigos extravagantes o maitinantes eran llamados
ciertos clérigos o capellanes que desempeñaban con el presidente los maitines
en las altas horas. Después ya fueron recompensados para asistir por cuatro
meses a las demás horas canónicas y enaltecían con su número y asistencia el
esplendor del culto. Quizás les viniese el dictado de extravagantes, de no
tener la obligación, como los canónigos propietarios, de morar dentro del casco
de la ciudad o de poder habitar de puertas afuera.
Un 8 de
noviembre de 1730 Nacía en el pueblo conquense de Iniesta el que fuera
arquitecto D. Mateo López, también
historiador, a cuyos escritos se deben muchos datos que nos son conocidos hoy
en día, siendo la base de la Biblioteca Conquense.
El 3 de
febrero de 1804 fue nombrado maestro mayor del Ayuntamiento y del Obispado de
Cuenca, ejerció durante los pontificados de los prelados Solano, Palafox y
Salcedo.
A D. Mateo
López se le debe la modificación urbanística que sufrió la ciudad a finales del
siglo XVIII, realizando la subida desde el puente de la Trinidad hasta la Plaza
Mayor, aspecto que ha perdurado hasta nuestros días. Falleció el día 28 de
junio de 1819.
Publicado en Cuenca, 8 de
noviembre de 2019 y el 8 de noviembre de 2024.
Por: José María Rodríguez
González. Profesor e investigador histórico.
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