sábado, 16 de noviembre de 2024

Santa Isabel de Hungría (1207-1231). Festividad del 17 de noviembre.

    Isabel nace el 7 de junio del año 1207, su padre Andrés II era el rey de Hungría, y primo del emperador de Alemania. Su madre fue Gertrudis de Andech de Merania, era hermana de la religiosa que más tarde se la conocería como Santa Eduviges de Silesia.

Santa Isabel de Hungría.

Isabel creció en la corte junto a sus hermanos Béla, Calomán y Andrés. Su madre murió envenenada y su padre volvió a casarse. De este nuevo matrimonio nació una niña, Violante de Hungría, que con los años sería la esposa del rey Jaime I de Aragón.

A los catorce años la casaron con el landgreve de Turingia, Luis IV. Al parecer su  matrimonio fue por amor, a demás de una unión con fines políticos. Los esposos fueron muy felices en su castillo de Wartburg, cerca de Eisenach, pero durante poco tiempo porque Isabel a los veinte años enviudó. Por entonces se predicó en Europa una cruzada y Luis tomo el mando marcado con la cruz. El día de San Juan Bautista, se separo de Isabel y fue a reunirse con el emperador Federico II en Apulia. El 11 de septiembre murió en Otranto, víctima de la peste.

Tuvo que defender los derechos de sus hijos, amenazados por parientes codiciosos, pero la viuda, que ya había dado grandes muestras de piedad y caridad (se le atribuía el milagro de las rosas, convirtiéndose en ellas los alimentos que llevaba ocultamente en su delantal para los pobres), se negó a volver a casarse; desde entonces se dedicó a Dios ingresando en la orden de san Francisco.

Después de asegurar el porvenir de sus hijos, se retiró a Marburgo y vivía consagrada a los pobres, a los enfermos y a los leprosos. Sabemos que este último período fue muy duro, y no sólo por reservarse las tareas caritativas más repugnantes.

Cuentan que cierto día, un noble fue a Marbugo buscando a Isabel, la encontró sentada, hilando a la puerta del hospital, vestida con su túnica burda. El hombre se santiguo asombrado porque jamás se había visto hilar a la hija de un rey. El noble quiso sacarla de la miseria en que vivía pero la santa se negó: sus hijos, sus pobres y la tumba de su marido estaban en Turingia y ahí quería pasar el resto de su vida. Vivía muy austeramente y trabajaba sin descanso, en el hospital o en las casas de los pobres, incluso pescando en el río a fin de ganar un poco de dinero para sus protegidos. Cuando la enfermedad le impedía hacer otra cosa, hilaba o cargaba lana.

La víspera del día de su muerte, a media noche, entre dormida y despierta murmuró: “Es ya la hora en que el Señor nació en el pesebre y creó con su omnipotencia una nueva estrella. Vino a redimir el mundo, y me va a redimir a mí”. Cuando comenzó a cantar el gallo dijo: “Es la hora en que resucitó del sepulcro y rompió las puertas del infierno, y me va a librar a mí”. Isabel murió al anochecer del 17 de noviembre de 1231, antes de cumplir los 24 años. Su cuerpo estuvo expuesto tres días en la capilla del hospicio. Ahí mismo fue sepultada y Dios obró muchos milagros por su intercesión.

Fue canonizada cuatro años después de su muerte por el papa Gregorio IX y es una de las santas más populares de Alemania.

Publicado en Cuenca, 17 de noviembre de 2020 y 17 de noviembre de 2024.

     Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

 

 

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