miércoles, 13 de noviembre de 2024

San Serapión (1178-1240)

     Este es un santo poco conocido cuya vida, según la refiere el padre Ribadeneira, debió de ser una de las más azarosas de su tiempo. Una vida con dos partes igualmente activas pero muy distintas: una bélica y otra de compasión servicial.

      Se le supone inglés, quizá nacido en Londres, hijo de un noble de Escocia que era pariente de los reyes. Una vida con dos partes igualmente activas pero muy distintas: una bélica y otra de compasión servicial. En unión de su padre participó en 1190 en la tercera cruzada que dirigía Ricardo I Corazón de León, distinguiéndose en las batallas contra el sultán Saladino.

Más tarde estuvo al servicio de Alfonso VIII de Castilla y volvió a guerrear en Tierra Santa. Quizá su experiencia de soldado le hizo ver que debía combatir por otros frentes, y después de regresar a España, tomó el hábito de los frailes más fieles de San Pedro Nolasco.

No se había hecho religioso para vivir tranquilo: acompaña al rey Don Jaime en la conquista de Mallorca, vuelve a la Gran Bretaña, cae en manos de los piratas que le azotan hasta creerle muerto, corre gravísimos peligros en  Escocia, y de nuevo en España, se dedica con tanto ardor a la redención de cautivos que parece milagroso que salga con bien de sus empresas. Hasta que muere mártir en Argel, después de largas torturas en una cruz aspada.

¡Qué vértigo de guerras, viajes, aventuras y misericordia el del inglés Sarapio, servidor de reyes primero, de humildes frailes (como su amigo san Ramón Nonato) y de pobre cautivo después! Infatigable al servicio de los que no necesitan la fuerza, sino el suficiente amor por morir por ellos.

Publicado en Cuenca, 14 de noviembre de 2019 y 14 de noviembre de 2024.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario