Como ayer, hoy
el santoral cristiano nos recuerda a dos figuras de Santos. San Salvador me
gusta porque siendo lego en un convento los ángeles cocinaron por él la mejor
cena que se había comido en el convento, a lo largo del artículo os lo cuento.
Comienzo por San Cirilo de Jerusalén, la fiesta de
este gran pontífice y Doctor de la Iglesia fue instituida por León XIII en el
año 1882 y está en relación con la magna empresa de atraer las iglesias de Oriente a la unidad Católica.
San Cirilo de Jerusalén. |
Pasaré de
contaros su vida y centrarme en la obra providencial de san Cirilo, que se le ha dado nombre en la historia de la literatura cristiana antigua, son sus
veinticuatro catequesis, verdaderos discursos que pronunció al principio de su
pontificado, por los años 348 a 350, en la basílica del Santo Sepulcro.
Las catequesis
más importantes son las cinco últimas donde se explican los sacramentos. Se
llaman catequesis mistagógicas porque son una iniciación a los misterios
cristianos.
Tiene especial
interés la doctrina de san Cirilo sobre la Sagrada Eucaristía y la manera como
se describe la comunión en su tiempo. “En la figura del pan se te da el Cuerpo
y en la del vino la Sangre para que tú, recibiendo el Cuerpo y la Sangre de
Cristo, te hagas un cuerpo y una sangre con él; a fin de que seamos
cristíferos, al comunicársenos a nuestros miembros su Cuerpo y su Sangre”. “El
pan y el vino no es pan, aunque como tal nos sabe, sino Cuerpo de Cristo; ni el
vino es vino, por más que así lo juzgue el gusto, sino, la Sangre de Cristo”.
Como
curiosidad diré que por San Cirilo sabemos cómo comulgaban los fieles en
Jerusalén en el siglo IV. “Haced de vuestra mano izquierda como un trono en que
se apoye la mano derecha, que ha de recibir al Rey. Santificad vuestros ojos
con el contacto del Cuerpo divino y comulgad. No perdáis la menor partícula.
Su muerte
acaeció, el 18 de marzo del año 386.
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La historia de San Salvador de Horta (1520-1567) es
como una estampa de las Florecillas franciscanas, sencilla, tierna y
prodigiosa, empieza en un pueblo catalán donde nace de padres de muy modesta
condición, probablemente sardos, y al quedar huérfano se trasladó a los
alrededores de Barcelona; allí fue payés hasta que ingresó como lego en el
convento franciscano de Jesús, extramuros de la ciudad.
Hortelano,
cocinero, portero, limosnero, sacristán, hiciera lo que hiciese fray Salvador
era siempre un vivo ejemplo de piedad y humildad, de alegría y santa
despreocupación que a veces perturbaba a sus superiores, como en el famoso
milagro de los ángeles que guisaron por él la mejor de las cenas mientras estaba abstraído rezando.
San Salvador da Horta. |
No tardó en ir
de convento en convento, entre ellos el de Horta de san Juan, en Tarragona, de
donde tomó el nombre, porque era engorroso en todas las comunidades haciendo
enormes y estupendos milagros como: curaciones múltiples con sólo la señal de
la cruz, profecías, prodigios de toda índole, y donde él estaba no había orden
ni paz por la afluencia de multitudes.
Se le prohibió
que hiciese milagros, pero en vano, no por desobediencia, sino porque aquel
chorro portentoso era involuntario e incontenible, se amotinaron los fieles
cuando no se le dejaba aparecer en público fue procesado por la Inquisición,
que declaró purísimos sus actos y su doctrina, y el propio Felipe II quiso
conocerle y le llamó a Madrid. “¿qué ganaréis con ver a un pobre cocinero del
padre san Francisco?”, le dijo al gran rey en catalán, la única lengua que
hablaba.
En uno de sus
traslados murió en la tierra de sus padres, en Cágliari, y el recuerdo de aquel
frailecito de los milagros alegres e irrestañables, ha llegado hasta nosotros
como un conmovedor testimonio de la unión con Dios que juega con las leyes de
la naturaleza.
Por último
contaré un milagro suyo a distancia que me impresionó en la lectura de su vida:
En los días
que siguieron a la salida de san Salvador un pobre paralítico se hacía llevar
con gran dificultad desde Castilla, cuando llegó a Fuentes, villa de Aragón le
llegaron las noticias de que el fraile de los milagros había salido de Horta.
Desconsolado, mandó que lo llevasen a la iglesia del pueblo e hizo la siguiente
oración: “¡=h santo hombre, fray Salvador!, donde quiera que os halléis en este
momento, tened piedad de mí y rogad a la Santísima Virgen que me cure. Tras la
oración le entró un gran sueño y tras despertar comprobó que había sido curado.
Los milagros continuaron en su sepulcro y cuando abrieron su sepultura por
motivo del proceso de beatificación hallaron su cuerpo incorrupto. Fue
beatificado por el Papa Clemente XI el 29 de enero de 1711 y Benedicto XIII, el
15 de julio del año 1724, concedió que se celebrase su oficio con rito de doble
el día 18 de marzo.
Valió la pena
saber de él en el día que celebramos la festividad de san Salvador da Horta.
Publicado en Cuenca, 18 de
marzo de 2020. Actualizado 18 de marzo de 2024.
Por: José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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Fuentes:
1* -Graal,
etimológicamente grial se pronuncia graal en francés antiguo, galaico-portugués
y en inglés medio “grazal” en los textos provencales y “greasal” en catalán.
Parece ser una adaptación latina gradalis que implica la idea de un plato,
escudilla o bandeja con viandas que es llevado a la mesa en diferentes momentos
(gradus) de una comida.
-Año Cristiano y fasto
del cristianismo según el P. Croisset. Madrid. 1846.
-Año Cristiano o
ejercicios devotos. P. Juan Croisset traducido por el P.José Francisco de Isla.
Logroño. 1851.
-Año
Cristiano. Juan Leal. S.J. Madrid 1961.
-La
Casa de los Santos. Ediciones Rialp. Madrid. Carlos Pujol. 1989
-San
Salvador de Horta, en El Santo de cada
día, tomo II. Zaragoza, Editorial Luis Vives, 1964.
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