El centurión
que traspasó con una lanza el costado de Jesucristo. Al ver el oscurecimiento
del sol y el terremoto, glorificó a Dios diciendo: “Verdaderamente, este era el hijo de Dios” (Mt. 27, 54). Se dice que
se estaba quedando ciego y al dar la lanzada, una gota del Salvador cayó sobre
sus ojos y lo dejó sano al instante por esta razón, supone que después de
convertirse renunció a la milicia y se retiró a Cesárea de Capadocia, donde
hizo vida monástica. La leyenda teje en torno a él una complicada historia, se cree
que recogió sangre del Redentor en un vaso, que llamaremos Graal (1*), posteriormente sufrió martirio.
San Longino. |
y cuenta la
tradición que muy pronto cayó en manos de los perseguidores, que lo llevaron a
juicio y el gobernador ordenó que se le quebrantaran a golpes todos los dientes
y que le cortaran la lengua, pero aún así siguió hablando proclamando lo que le
había sucedido, posteriormente fue decapitado.
Nos gusta su
estampa sencilla y natural, de simple soldado que cumplió órdenes, crucificar,
cerciorarse de la muerte de los reos, que no era un perseguidor como Saulo,
sino alguien que estaba allí por razón de su oficio, indiferente a todo lo que
no fuera su deber.
El deber le
hizo coincidir con Jesucristo, que le esperaba en la cruz, asistió a los
prodigios que rodearon su muerte, y un requisito técnico para comprobar ésta
iba a provocar en él el gran cambio. Ante el Hijo de Dios otros se lavan las
manos o gritan ¡Crucifícale!, él testigo accidental, o mejor, profesional, sabe
ver lo que está viendo.
San Longino. Obra de Bernini. 1628.
Basílica de San Pedro en Roma.
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La lanza de
Longino, conservada en Constantinopla, fue un regalo del sultán Bayaceto al
Papa Inocencio VIII, y la reliquia se conserva en san Pedro sobre la hornacina
para la cual Bernini esculpió su mármol –brazos en cruz, la lanza en la
diestra, el casco y la espada sus pies- como un atleta glorioso que contempla
deslumbrado la luz de la altura con un gesto de énfasis en el que pone toda su
vida.
Publicado en Cuenca, 15 de
marzo de 2020. Actualizado el 15 de marzo de 2024.
Por: José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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1* -Graal, etimológicamente grial se
pronuncia graal en francés antiguo, galaico-portugués y en inglés medio “grazal”
en los textos provencales y “greasal” en catalán. Parece ser una adaptación
latina gradalis que implica la idea de un plato, escudilla o bandeja con
viandas que es llevado a la mesa en diferentes momentos (gradus) de una comida.
FUENTES CONSULTADAS:
-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.
-La
casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.
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