He reproducido el título antiguo de la fiesta tal como es anunciado en los Martirologios y Sacramentales. En él se revela el carácter cristológico y mariano. Era la fiesta del gran misterio cristiano, de la Encarnación del Verbo de Dios.
Catedral de Cuenca |
La fecha del 25 de marzo no es arbitraria, pues esta en función del Nacimiento de Jesús, que tendrá lugar nueve meses después. Ya en el siglo VII la fecha del 25 de marzo se basaba en una tradición tan venerable y universal, que el II Concilio de Trulano, en el año 692, aunque prohibió durante la Cuaresma toda fiesta, hizo una excepción con la Encarnación. Los griegos todavía, mientras dura el ayuno cuaresmal, omiten la celebración diaria del Santo Sacrificio, excepto los sábados, los domingos y el 25 de marzo. En la Edad Media la fiesta de hoy pasaba entre las naciones cristianas como verdadero principio del año civil.
Por el Libro Pontifical sabemos que el papa Sergio I ordenó que se celebrase solemnemente en Roma, con una procesión estacional desde la diaconía de San Adrino hasta Santa María la Mayor.
El misterio conmemorado en la fiesta de hoy es la Concepción del Hijo de Dios en el seno de la Bienaventurada Virgen María. San Lucas nos ha dejado en el primer capítulo de su Evangelio una narración sencilla y grandiosa.
La Encarnación tiene lugar en la pequeña aldea de Nazaret, oculta a las miradas curiosa de los hombres, en un valle alegre y florido de Galilea.
“Dios te salve, llena e gracias, el Señor es contigo”, la saluda. “Ella se turbó al oír estas palabras”, ¿Qué querrán significar? “No temas porque has hallado gracia delante de Dios, y concebirás y darás a luz un Hijo a quien pondrás por nombre Jesús. Será grande y se le llamará Hijo del Altísimo”.
“Cómo podrá ser esto, pues yo no conozco varón?”, objeta. “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra”. Porque nada hay imposible para Dios”, explica el ángel, recordándole que su pariente Isabel en su vejez estéril también ha concebido.
El mensajero habla de sucesos futuros como dándolos ya por realizados, tal vez no hay otro modo de expresar la voluntad de Dios, para quien el tiempo debe de ser tan sólo una concesión a nuestros límites de vivir y entender; pero lo cierto es que más que afirmar pregunta. Dios no quiere ser hombre sin que su madre humana acepte libremente la maternidad.
Medallón de la Anunciación. Reja de la Capilla de los Caballeros. Catedral de Cuenca. |
Gabriel ha terminado su mensaje y no aguarda sino el consentimiento de María. “He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra”.
“Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”. Este es el anuncio más consolador que jamás se ha comunicado a oído humano. Dios se ha hecho uno de nosotros, Dios viene a salvarnos, y viene por María.
Cuenca, 25 de marzo de 2021. Actualizado el 25 de marzo de 2024.
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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FUENTES
CONSULTADAS:
-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.
-La
casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.
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