San Matías fue
el elegido en lugar del traidor de Judas, era de la tribu de Judá, nació en
Belén de familia ilustre, no menos distinguida por su caridad y por su riqueza,
que por el celo que profesaba a la religión de Moisés.
El significado
del nombre de este gran Apóstol significa “don de Yavé”, puede ser llamado el
hombre de la suerte, la mayor que le podía tocar en este mundo, llegar a ser
Apóstol y embajador suyo. Pertenecía al número de los 72 discípulos de Cristo
enviados por delante de EL a predicar la buena nueva del Evangelio, con poderes
extraordinarios para sanar enfermos.
San Matías no
respiraba más que la gloria de Jesucristo y la salvación de su nación,
corriendo por toda ella predicando con valor y con asombroso celo, confundiendo
a los judíos, y demostrándolos con testimonio irrefragable de la sagrada Escritura, que Jesucristo, a quien ellos
habían crucificado y había resucitado al tercer día, era el Mesías prometido,
Hijo de Dios, y en todo igual a su Padre.
Hartos los
dirigentes del pueblo judaico de verse tantas veces confundido e irritados por
otra parte, de la multitud de conversiones que hacía, y de los milagros que obraba,
resolvieron acabar con Matías.
Martirio de San Matías. |
Refiere el “libro de los condenados”, esto es, el
libro donde se tomaba la razón de todos los que habían sido ajusticiados en
Judea desde la resurrección del Señor, por haber violado la ley de Moisés, como
S. Esteban, los dos Santiagos y S. Matías; refiere dicho libro, que habiendo
confesado a Jesucristo en concilio pleno, demostrando su divinidad, y
convenciendo que había sido Redentor del género humano con lugares claros de la
Escritura, y con hechos innegables, a que no tuvieron que responder, fue
declarado enemigo de la ley y como tal sentenciado a ser apedreado. Llegado el
Santo al lugar del suplicio, se hincó de rodillas, y levantando los ojos y las
manos al cielo, dió gracias al Señor por la merced que le hacía en morir por
defender su santa religión: hizo oración por todos los presentes y por su
nación, la que concluida, fue cubierto de una espesa lluvia de piedras. Añade
el mismo libro, que no pudiendo sufrir este género de suplicio los romanos que
gobernaban la provincia, contuvieron el furor de los que le apedreaban, y
hallando al Santo medio muerto, por despenarle, acabándole de matar, le
cortaron la cabeza. Sucedió el martirio de S. Matías el día 24 de febrero,
aunque no se sabe precisamente en qué año.
Su cuerpo,
según la tradición, fue traído a Roma por santa Elena, madre de Constantino, y
hasta hoy se venera en la iglesia de santa María la mayor la mas considerable
parte de sus reliquias. Otra parte de estas reliquias se ladi ó la misma
Emperatriz a S. Agricio, arzobispo de Tréveris, quien las colocó en la iglesia
que hasta hoy tiene la advocación de S.
Matías.
Publicado en Cuenca. 24 de
febrero de 2020 y el 24 de febrero de 2024.
Por: José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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