domingo, 18 de febrero de 2024

San Gabino, presbítero y mártir. Festividad del día 19 de febrero.

    El martirologio romano anuncia en este día de 19 de febrero el glorioso nacimiento al cielo de San Gabino, presbítero y mártir, hermano de San Cayo Papa. Después de haber estado largo tiempo en la cárcel y con duras prisiones, por orden del emperador Diocleciano, adquirió los gozos del Paraíso por medio del martirio.

San Gabino originario de Dalmacia, pariente del emperador Diocleciano, hermano del Papa San Cayo, y padre de Santa Susana, aquella que fue inmortal honor de las Vírgenes romanas, pues prefirió la dicha de ser esposa de Jesucristo a la gloria de ser emperatriz de todo el mundo, derramando su sangre y dando su vida por la fe. No se sabe con qué ocasión vinieron a vivir a Roma San Gabino y San Cayo. Puede ser que la fortuna de Diocleciano, que había ascendido por todos los grados de la milicia hasta el supremo empleo del ejército, tragase a su parentela a la capital del universo en aquel momento.

Era San Gabino casado; no tuvo más que una hija llamada Susana, a cuya crianza se aplicó con el más vigilante desvelo. Después de morir su mujer se dedico plenamente a estudiar la ciencia de la religión. Quiso ser admitido en el clero; elevado a la dignidad del sacerdocio; tras su ordenación pasaba las noches enteras en las lóbregas concavidades de las rocas para celebrar el sacrificio de la Misa, y para alimentar con el divino Pan a los que estaban en vísperas de ser sacrificados.

Su hija fue arrestada y torturada. Apenas triunfó Susana de los tormentos y coronada su virginidad con el generoso sacrificio de su vida, fue arrestado su padre, San Gabino y encerrado en un calabozo que fue para él lugar apacible de delicias. Con el encierro quisieron doblegarlo para que renunciara de su fe, por el tedio, por las incomodidades de la prisión, o dejándole morir en ella de hambre y de miseria, le hicieron padecer cuantos tormentos puede inventar la más cruel barbarie del hombre. El hedor intolerable del calabazo, la eterna oscuridad en que estaba sepultado, el hambre, la sed y todas las incomodidades no pudieron hacer que renunciara de sus creencias.

Seis meses pasó San Gabino en estos tormentos después de la preciosa muerte de su hija Santa Susana, hasta que el Señor coronó su paciencia con el glorioso martirio el día 19 de febrero del año 296 en el que fue decapitado, dos meses antes que lograse la misma suerte su hermano el Santo Pontífice Cayo. Fue enterrado por los cristianos San Gabino en el cementerio llamado de San Sebastián.

En año 1608, Carlos de Neuville, marqués de Alincourt, señor de Villeroy, gobernador de la ciudad de León y embajador de Roma, deseó traer un cuerpo santo con que enriquecer su patria. Madama Jaqueline de Harlay, su esposa, se lo pidió al Papa Paulo V, quien le dio el cuerpo de San Gabino y esta señora se lo presentó a la iglesia de la Santísima Trinidad del colegio de la Compañía de Jesús de la ciudad de León, donde se guarda con mucha veneración en una rica urna de plata, conservándose en el archivo del referido Colegio las letras auténticas originales de esta preciosa reliquia.

Publicado en Cuenca, 19 de febrero de 2020 y el 19 de febrero de 2024

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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