Dos milagros realizados por la Virgen de la Luz de Cuenca
Al alborear el mes de junio Cuenca
celebra la festividad de la Virgen de la Luz. La devoción mariana se extendió
por toda España desde antes del Medievo, prendiendo a las gentes sencillas.
María la gran intercesora, va recibiendo en su trono los anhelos de cuantos han
necesitado su intervención divina. Cuenca, como ciudad privilegiada, vio su mediación
desde los comienzos como ciudad cristiana.
Virgen de la Luz de Cuenca |
Entre sus gentes y poetas inicia
el origen la Virgen de la Luz del Puente, “La Morenita”, la que muestra el
encanto de las imágenes primitivas, destinadas a soterramientos por obra de la
algara. La que en los fragorosos días del batallador Alfonso que en las Navas
quebrantaría aherrojamientos por obra de sus hierros, le mostrara el camino
para sortear el elevado puente, candil en mano para iluminar a los que acudían
a cabezos conquenses a realizar el ideal
de San Agustín: “Arranquemos a los
gentiles los vasos sagrados y piedras preciosas que no les pertenece para adornar
los templos de nuestro Dios y Señor”.
No sólo la ciudad de Cuenca
obtuvo el favor divino en su toma y conquista, sino que se ha visto favorecida
a lo largo de los siglos por la mediación divina de la Virgen y hoy pongo en conocimiento dos de los muchos
milagros realizados a lo largo de los años.
Allá por el año 1226 llegó a
Cuenca la reina Doña Beatriz de Suabia (1*), princesa alemana, muy bella y
hermosa, hija del Emperador Federico, primera mujer del Rey Fernando III el
Santo y el más grande de las figuras del siglo XIII.
Interior de la Parroquia de la Virgen de la Luz |
Se ha investigado mucho la causa
de su venida a Cuenca. Concretamente no se ha podido averiguar, pero se
sospecha que fuera una misión diplomática para ayudar al Rey de Aragón Don
Jaime I en su guerra contra los moros de Valencia por ser Cuenca el bastión más
avanzado del Reino de Castilla. A los pocos días de su estancia en nuestra
ciudad a la Reina Doña Beatriz que se encontraba en periodo muy avanzado de
embarazo de su hijo el Infante Don Felipe, le sobrevino una fiebre muy alta. La
consternación fue general. A toda prisa
fue traído el famoso Pedro de Montpellier, físico de la Corte. El
pronóstico fue pesimista. La Reina moriría.
Su hijo Alfonso X nos recuerda
tan amargo trance en una de sus Cantigas:
“E porque esto decían,
non era sin razón,
cadáver al seu fillo,
estaba en a sazón.
E havia tan gran
fever,
que quen a via enten,
decía,
seguramente, desta non
escapara.”
Se perdió toda esperanza humana. Sólo en un milagro del cielo estaba
la salud de la Reina. Día y noche se hacían rogativas en la reciente creada
Catedral. En solemne procesión fue trasladada la Virgen (de La Puente), Patrona de la Ciudad a
la Cámara real. La Reina (dice la Crónica General) besó devotamente las manos y
los pies de Nuestra Señora de la Luz y… ¡Oh milagro!... a las pocas horas, comenzó a reanimarse,
remitió la fiebre y salvó su vida.
Dicha reina murió en Toro en el
año 1235. Su esposo el Rey Fernando III el Santo, premió el celo y amor
manifestado por los conquenses a favor de su Reina y el 25 de septiembre de
1229 concediendo a la Ciudad de Cuenca el privilegio del sietmo (2*). Prosigueindo la construcción de la Catedral, que hasta esas fechas estaba paralizada.
Virgen de la Luz con el candil encendido |
Otro de los milagros que se le
atribuyen lo he encontrado en el siglo XVIII. Según datos recogidos en el
Archivo Municipal, el día 30 de junio del año 1736, Cuenca se vio trágicamente
asolada por un inesperado temporal de nieves y hielo, produciéndose una serie
de víctimas como consecuencia del frío y hambre reinantes. Ante tal situación,
la Corporación Municipal de esa época, acordó sacar en procesión a Nuestra
Señora de la Luz el día 1 de julio, haciendo rogativas para que la desgracia,
que asolaba Cuenca cesase. Providencialmente así sucedió y a las 24 horas del
desfile penitencial de la “Morenita Conquense”, el clima cambió completamente y a los pocos días la ciudad
pudo recobrar su más completa normalidad. Desde esa fecha cada dos de julio la
Corporación Municipal venía celebrándolo,
sufragando una Misa en acción de gracias, en recuerdo de aquel histórico
acontecimiento, resuelto favorablemente gracias a la mediación de nuestra
Patrona. Este hecho he constatado que se
fue celebrando hasta el siglo XX, al menos hasta el año 1957 que hay constancia
en la hemeroteca de la época, en la actualidad desconozco que se siga haciendo.
Publicado por José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico
Publicado en Cuenca, 31 de mayo de 2014 y 31 de mayo de 2024.
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(1*) Beatriz de Suabia, fue bautizada con el nombre de Isabel
(1205-1235) Noble alemana, reina consorte de Castilla y de León entre los años
1220 y 1235, casada con Fernando III de Castilla. Fue la 4ª hija de Felipe,
duque de Suabia y rey de Romanos, y de Irene Ángelo, nacida ésta de Isaac II
Ángelo, emperador de Constantinopla.
(2*) Sietmo, referido
a la séptima parte con que se quedaba el Concejo de todo pecho cobrado.
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