Quien, de nuestras edad, no recuerda las hogueras que hacíamos en cada barrio. La recopilación de madera en los días anteriores a la festividad y en el momento de apilar la madera no faltaba algunos enseres, como sillas viejas que bajaban los vecinos para que también ardieran. Y el dos de mayo, todos los vecinos al calor de la hoguera y con las ascuas, el asado de chorizos, sardinas y las célebres patatas.
Hoguera |
Dicen que esta fiesta tiene su origen en la festividad de la Invención de la Santa Cruz, lo cierto es que las hogueras se acabaron en mi barrio cuando se asfaltaron las calles y la guardia municipal pasaba para evitar que se apilara la madera para hacer la célebre hoguera.
Con la desaparición de las hogueras nos decidimos a cambiarla por los Mayos y junto con Acción Católicas salíamos todos los sábados de mayo con la rondalla a cantar a las mozas de Cuenca, luego nos independizamos formando nuestra propia rondalla a la que le pusimos el nombre de “San Julián”. Para poder rondar teníamos que pedir permiso al Gobierno Civil, del que me encargaba yo de su obtención, nunca nos pidieron el papel pero era como un salvoconducto para que pudiéramos recorres las calles cantando sin problemas con la Autoridad.
Recuerdo de la niñez que nos recuerdan lo felices que éramos jugando al bote, a la correa, al escondite y realizando competiciones de carreras en el tiempo de las Olimpiadas.
Publicado en Cuenca, 2 de mayo de 2021 y el 2 de mayo de 2024.
Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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