Fiesta y su
representación iconográfica a través del tiempo
Este año la fiesta de la
Santísima Trinidad se celebra el domingo 26 de mayo, corresponde al octavo domingo
después de Pascua. Este misterio que se refiere a que Dios es la vez Padre,
Hijo y Espíritu Santo, misterio difícil de asimilar por nuestra mente humana.
Se cuenta que San Agustín, uno de
los grandes pensadores de la Iglesia cuando intentaba descifrar este misterio,
una tarde paseando por la orilla del mar se encontró a un niño que habiendo cavado
un hoyo en la arena intentaba meter el mar en él, llevando agua con una concha.
El Santo le dijo que eso era imposible, respondiéndole en niño que igual no podría
meter esa agua allí él tampoco con su mente podría llegar a comprender el gran
misterio de la Santísima Trinidad.
Anónimo del siglo XV, Volto trifronte della Trinità, iglesia de Santa Ágata de Perugia. |
Fue instituida esta festividad
por el Papa Juan XXII el año de 1320, se celebra por todo el mundo en el día
octavo de la Pascua de Pentecostés.
Hay un milagro que confirma este
Misterio. Cuenta la historia que Gregorio, obispo neo-cesariense, estando en
oración, se le apareció la Virgen y con ella Juan Evangelista, el cual, por
mandato de la Señora, le dio la fórmula de la fe que había de tener y predicar
y en ella expresamente se contenía el misterio de la Trinidad, como lo escribe
en su vida San Gregorio Niceno, hermano de San Basilio. Habiendo sido desterrado
San Hilario de su Iglesia porque confesaba el misterio de la Trinidad, libró
por virtud de la misma Trinidad a una isla de innumerables serpientes que la
infestaban, y resucitó a un muerto, como lo escribe Fortunato en su vida. Estos
milagros y muchos otros son relatados por San Gregorio Papa, como el de la
ciudad de Espoleto, o los realizados en los tiempos de las persecuciones por
otros santos obispos católicos, que hicieron muchos milagros en confirmación de
la fe de la Santísima Trinidad, que ellos predicaban.
Como estudioso de la iconografía diré
que la referente a la Santísima Trinidad es una de las partes muy importantes
en el arte cristiano. Representar artísticamente el dogma de la Santísima
Trinidad no fue fácil. Una imagen de Dios como “uno y trino” fue una idea que a
lo largo de la historia del arte dio lugar a numerosas controversias en su
forma de representación.
Una representación que ha
perdurado a través del tiempo ha sido el representar a Dios Padre por medio de
una mano que aparece en el cielo. Al Dios Hijo se le ha venido representando en
forma de cordero “Agnus Dei”, ateniéndose a las palabras de San Juan Bautista
(Jn 1,29-36). Al Espíritu Santo siempre se le ha representado en forma de
paloma, fórmula derivada del Evangelio de San Mateo que describe el bautismo de
Jesús (Mt. 3, 16).
Pórtico occidental de la Basílica de Saint Denis - Francia |
Según se iban surgiendo distintos
pensamientos sobre el Misterio surgió la representación de forma abstracta,
sobre el siglo V y VI, llegando a ser representada por medio de un triángulo equilátero
incluyendo en su interior un ojo, también fue representado por tres círculos entrelazados.
También surgió la idea de la
representación utilizando tres personas iguales y distintas, como se puede
encontrar en el manuscrito de San Dunstán, arzobispo de Canterbury a comienzos
del siglo X, idea que proviene del Gnénesis (Gn 18,1-3).
En el siglo XII se divulgó una
imagen de la Trinidad inspirada en la respuesta de Jesús da al Sumo Sacerdote
en el Sanedrín (Mt. 26, 64). El padre se representa como un anciano,
frecuentemente como nimbo triangular, con un cedro, una esfera o ambos
elementos en las manos y sentado en un trono; a su derecha, el hijo
entronizado, acompañado de los símbolos de la Pasión; y entre ellos la paloma
que representa al Espíritu Santo.
Una forma muy representada fue
con tres ángeles, procedente de la tabla de Antonello de Messina, donde los
tres ángeles representan la hipóstasis de Dios. La escena se suele representar
como una prefiguración de la eucaristía. Es verosímil que la tradición iconográfica
de los tres huéspedes de Abraham en la mesa de Mamra fuera la que inspiró la
representación del Misterio de la Santísima Trinidad, era representado por tres
figuras iguales y distintas, cada una de ellas con el aspecto convencional de
Jesucristo, sentadas en la mesa con el cáliz eucarístico, así fue realizado en
el siglo XVI.
Iglesia abacial de Nuestra Señora de Guebwiller, 1768-1785. |
La Trinidad con la esfera celeste
se difundió cobre todo en el siglo XVII. La esfera celeste se sitúa entre las
figuras de Padre, Hijo y Espíritu Santo rodeado de nubes. La esfera suele ser
transparente con aspecto de cristal, representa a todo el universo, sobre el
que la Trinidad impone su poner divino, lo que a veces se indica poniendo los
cetros de Padre e Hijo sobre ella.
Y para no cansaros más os diré
que otra solución que tomaron para su representación fue por el siglo XII, empleando una figura tricéfala o tres cabezas constituidas por un solo cuerpo.
Este tipo de iconografía terminó por suscitar recelos por lo que se mando su
destrucción en el Concilio de Trento. Supervivientes a esta destrucción tenemos
ejemplos en la iglesia parroquial de la Asunción de María en el pueblo italiano
de Armeno, pero no hay que ir a Italia para poder ver este tipo de representación,
tenemos las dos formas de representación que menciono en dos ménsulas del
crucero de la Catedral de Cuenca.
Publicado en Cuenca, 11 de junio de 2017 y 26 de mayo de 2024.
Por: José María Rodríguez González
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