sábado, 25 de mayo de 2024

La Santísima Trinidad. Celebración litúrgica del domingo 26 de mayo de 2024.


Fiesta y su representación iconográfica a través del tiempo

Este año la fiesta de la Santísima Trinidad se celebra el domingo 26 de mayo, corresponde al octavo domingo después de Pascua. Este misterio que se refiere a que Dios es la vez Padre, Hijo y Espíritu Santo, misterio difícil de asimilar por nuestra mente humana.

    Se cuenta que San Agustín, uno de los grandes pensadores de la Iglesia cuando intentaba descifrar este misterio, una tarde paseando por la orilla del mar se encontró a un niño que habiendo cavado un hoyo en la arena intentaba meter el mar en él, llevando agua con una concha. El Santo le dijo que eso era imposible, respondiéndole en niño que igual no podría meter esa agua allí él tampoco con su mente podría llegar a comprender el gran misterio de la Santísima Trinidad.
Anónimo del siglo XV, Volto trifronte della Trinità,
iglesia de Santa Ágata de Perugia.

    Fue instituida esta festividad por el Papa Juan XXII el año de 1320, se celebra por todo el mundo en el día octavo de la Pascua de Pentecostés.

    Hay un milagro que confirma este Misterio. Cuenta la historia que Gregorio, obispo neo-cesariense, estando en oración, se le apareció la Virgen y con ella Juan Evangelista, el cual, por mandato de la Señora, le dio la fórmula de la fe que había de tener y predicar y en ella expresamente se contenía el misterio de la Trinidad, como lo escribe en su vida San Gregorio Niceno, hermano de San Basilio. Habiendo sido desterrado San Hilario de su Iglesia porque confesaba el misterio de la Trinidad, libró por virtud de la misma Trinidad a una isla de innumerables serpientes que la infestaban, y resucitó a un muerto, como lo escribe Fortunato en su vida. Estos milagros y muchos otros son relatados por San Gregorio Papa, como el de la ciudad de Espoleto, o los realizados en los tiempos de las persecuciones por otros santos obispos católicos, que hicieron muchos milagros en confirmación de la fe de la Santísima Trinidad, que ellos predicaban.

    Como estudioso de la iconografía diré que la referente a la Santísima Trinidad es una de las partes muy importantes en el arte cristiano. Representar artísticamente el dogma de la Santísima Trinidad no fue fácil. Una imagen de Dios como “uno y trino” fue una idea que a lo largo de la historia del arte dio lugar a numerosas controversias en su forma de representación.

    Una representación que ha perdurado a través del tiempo ha sido el representar a Dios Padre por medio de una mano que aparece en el cielo. Al Dios Hijo se le ha venido representando en forma de cordero “Agnus Dei”, ateniéndose a las palabras de San Juan Bautista (Jn 1,29-36). Al Espíritu Santo siempre se le ha representado en forma de paloma, fórmula derivada del Evangelio de San Mateo que describe el bautismo de Jesús (Mt. 3, 16).
Pórtico occidental de la Basílica de Saint Denis - Francia

    Según se iban surgiendo distintos pensamientos sobre el Misterio surgió la representación de forma abstracta, sobre el siglo V y VI, llegando a ser representada por medio de un triángulo equilátero incluyendo en su interior un ojo, también fue representado por tres círculos entrelazados.

    También surgió la idea de la representación utilizando tres personas iguales y distintas, como se puede encontrar en el manuscrito de San Dunstán, arzobispo de Canterbury a comienzos del siglo X, idea que proviene del Gnénesis (Gn 18,1-3).

    En el siglo XII se divulgó una imagen de la Trinidad inspirada en la respuesta de Jesús da al Sumo Sacerdote en el Sanedrín (Mt. 26, 64). El padre se representa como un anciano, frecuentemente como nimbo triangular, con un cedro, una esfera o ambos elementos en las manos y sentado en un trono; a su derecha, el hijo entronizado, acompañado de los símbolos de la Pasión; y entre ellos la paloma que representa al Espíritu Santo.

    Una forma muy representada fue con tres ángeles, procedente de la tabla de Antonello de Messina, donde los tres ángeles representan la hipóstasis de Dios. La escena se suele representar como una prefiguración de la eucaristía. Es verosímil que la tradición iconográfica de los tres huéspedes de Abraham en la mesa de Mamra fuera la que inspiró la representación del Misterio de la Santísima Trinidad, era representado por tres figuras iguales y distintas, cada una de ellas con el aspecto convencional de Jesucristo, sentadas en la mesa con el cáliz eucarístico, así fue realizado en el siglo XVI.
Iglesia abacial de Nuestra Señora de Guebwiller, 1768-1785.

    La Trinidad con la esfera celeste se difundió cobre todo en el siglo XVII. La esfera celeste se sitúa entre las figuras de Padre, Hijo y Espíritu Santo rodeado de nubes. La esfera suele ser transparente con aspecto de cristal, representa a todo el universo, sobre el que la Trinidad impone su poner divino, lo que a veces se indica poniendo los cetros de Padre e Hijo sobre ella.

    Y para no cansaros más os diré que otra solución que tomaron para su representación fue por el siglo XII, empleando una figura tricéfala o tres cabezas constituidas por un solo cuerpo. Este tipo de iconografía terminó por suscitar recelos por lo que se mando su destrucción en el Concilio de Trento.         Supervivientes a esta destrucción tenemos ejemplos en la iglesia parroquial de la Asunción de María en el pueblo italiano de Armeno, pero no hay que ir a Italia para poder ver este tipo de representación, tenemos las dos formas de representación que menciono en dos ménsulas del crucero de la Catedral de Cuenca. 

Publicado en Cuenca, 11 de junio de 2017 y 26 de mayo de 2024.

Por: José María Rodríguez González

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