La Virgen de la Luz de
Cuenca
Siempre despertó mi curiosidad la
Virgen de la Luz de Cuenca por su color negro. Si nos remontamos a la Edad Media
nos daremos cuenta que su culto aparece en el mundo cristiano en esa época del
Medievo, sobre los siglos XI y XIII.
Remontándonos a los principios
históricos, nos encontramos en la mitología egipcia el culto a la diosa Isis
como símbolo de la tierra y la fertilidad y antecedentes los vemos en las Venus del paleolítico, los griegos con Démeter, los celtas con Belisana o más cercanos a nosotros los
romanos con Ceres. No solo
encontramos esos cultos en la historia, sino que también en Asia Menor, en la
actual Turquía, se constata el culto a Diana-Artemisa
de Éfeso, como diosa negra de la tierra, siendo venerada en un templo octogonal
concebido como santuario donde habitaba el espíritu de la deidad.
Hubo comunidades religiosa que
contribuyeron a la consolidación, entre los siglos XI y XII, el culto a la Virgen Negra como
fueron los templarios y los cistercienses. La Orden Hospitalaria de San
Antonio, fundada en el siglo XII, bajo el patrocinio de San Antonio Abad, fue
una de las principales congregaciones propagadoras de esta devoción.
En la eremita de San Antón, la
imagen que se veneró en Egipto era una efigie de Isis del periodo alejandrino, se tomó como una imagen de la Virgen
María. Dicha imagen fue traída a Europa comenzando el culto a tan sugestivo
icono mariano. Esta tradición tiene cierto fundamento teniendo en cuenta que la
Isis egipcia fue venerada en varios
puntos de Francia como una madonna
cristiana.
Es en la Biblia en el libro del
Cantar de los Cantares donde aparece mencionada la virgen negra: “nigra sum sed formonsa filiae Hierusalem
sicut tabernacula Cedar sicut pelles Salomonis”. Es curioso cómo coinciden
las cosas y en este caso vemos que la Orden del Temple tuvo su primera
residencia en las ruinas del templo de Salomón, autorizada en el año 1118 y era
una construcción octogonal cedida por el rey Balbuino de Jerusalén.
La mayoría de las vírgenes negras
muestran unos rasgos morfológicos comunes como son: semblante hierático, rasgos
algo orientales, mirada esotérica que cautiva a quien la contempla y actitud
pasiva ante el observador, como sucede con la Virgen de la Luz de Cuenca.
Posiblemente esta virgen se daba
al convento de San Antonio Abad que en un principio ocupó el espacio del actual
templo de la Parroquia de San Antón, La Virgen de la Luz.
Repasemos su historia:
El convento de San Antonio Abad,
fue de hospitalidad, en que se curaban la enfermedad del fuego sacro y otras
enfermedades semejantes. Estuvo situado a extramuros de Cuenca, en la parte
occidental, pasado el río Júcar, contiguo a la iglesia que aún lleva el nombre
de San Antón, aunque su titular es Nuestra Señora de la Luz, patrona de la
ciudad. La comunidad se componía de un Comentador, que era sacerdote, y de
cuatro o cinco legos, que atendían el hospital y casa, encargándose de recoger
las limosnas.
La fundación se realizó en el año
de 1345, según el Bulario de la Orden de Santiago, escritura tercera, los
procuradores de la demanda de San Antonio Abad de Cuenca, presentaron a D.
Juan, Prior del Convento de Santiago de Uclés, un privilegio para que no les
estorbaran en los pueblos del Priorato. Era el privilegio del Rey D. Fernando
IV, y en él se refería a otro de D. Sancho, su padre, y otro de D. Alfonso el
Sabio, para que pudieran pedir en todos sus reinos y con una carta del Obispo
Don García, en que daban testimonio de los privilegios concedidos a los
religiosos Antoneros por los Papas Gregorio, Nicolás y Clemente VI.
Esta orden subsistió hasta el día
22 de mayo de 1791 en que en virtud de una Bula del Papa Pío VI, la extinguió
el Ilustrísimo Sr. D. Felipe Antonio Solano, Obispo de Cuenca, secularizando,
con asistencia de la ciudad, los cuatro legos que en esos momentos disponía el
convento-hospital.
Es esta Orden de San Antonio Abad
quien posiblemente, como propagadores en el mundo de la devoción de las
vírgenes negras, introdujera en Cuenca esta devoción a la virgen negra, que se
convertiría con el tiempo, en la Virgen
de la Luz, Patrona de la Ciudad de Cuenca.
Publicado en Cuenca, 1 de junio de 2019 y el 1 de junio de 2024.
Por: José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico.
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