lunes, 27 de mayo de 2024

San Agustín de Cantorbery. Festividad del 28 de mayo.

   San Beda el Venerable nos cuenta cómo nació la idea de evangelizar Inglaterra. Paseaba en el foro romano el abad de Monta Celio, que se llamaba Gregorio, y entre la muchedumbre de esclavos vio a unos jóvenes que la llamaron la atención por su belleza, la blancura de su te y la largura de sus cabellos rubios.

-¿De  dónde son estos esclavos? –preguntó al mercader.

-De la Isla de Bretaña, donde aún no se conoce a Cristo.

-¡Qué lástima que la gracia de sus frentes –exclamó Gregorio- coincida con un alma vacía de la gracia interior!
San Agustín de Cantorbery.

Y desde entonces concibió el propósito de predicar el Evangelio en Inglaterra. Pero el pueblo romano no le dejó, al aclamarlo poco después por su obispo.

Elevado al Sumo Pontificado, Gregorio no olvidó sus deseos de evangelizar a los ingleses. El no podía hacerlo personalmente y pensó entonces en Agustín, que era prior del monasterio de Monte Celio.

Salió san Agustín de Roma con otros cuarenta compañeros el año 596 y desembarcó a principios del año siguiente en la región de Thanet, en el mismo lugar donde había desembarcado Julio César. Lo que éste no había logrado con sus legines lo iba a lograr Agustín con sus cuarenta compañeros: la conquista de Inglaterra para Cristo.

Autorizados por el rey Etelberto, hicieron los monjes su entrada triunfal en la capital de Kent, Cantorbery. Iban procesionalmente precedidos por san Agustín, alto y de prestancia patricia. Junto a él un monje llevaba la cruz de plata y otro un estandarte de madera con la imagen de Cristo. Todos cantaban la oración de las Rogativas: “Conjurámoste Señor, por tu misericordia, que aparte tu ira de esta ciudad y de tu santa casa, porque hemos pecado. Alleluia”.

Así empezó la conquista espíritu de Inglaterra, para el imperio de Cristo, al mismo tiempo en que los barbaros invadían Italia y arruinaban la civilización de Roma. El pacífico escuadrón de Agustín domina pronto en toda la isla, donde las águilas romanas no habían podido posar su vuelo. No hay en la historia una conquista más pacífica y grandiosa.

El rey Etelberto recibió pronto el bautismo con todos los grandes de su corte. Un año, en el día de Navidad, bautizó en el río Jorch varios millares. Los enfermos sanaban al mismo tiempo de sus dolencias corporales.

San Agustín volvió a Francia para ser consagrado obispo. Y luego él consagró a otros varios en Inglaterra, que envió por diversas regiones, mientras fijaba la sede primacial en Cantorbery.

La predicación  de san Agustín estuvo acompañada, como la de los Apóstoles, con multitud de milagros y gracias extraordinarias. San Gregorio, sabedor de estas maravillas, le escribe desde Roma recomendándole la virtud de la humildad.

El apostolado de san Agustín duró solamente siete años. Su muerte acaeció el 26 de mayo del año 609. Su fiesta la introdujo en el Romano León XIII, con el deseo de atraerse a los ingleses hacia la Iglesia Madre. Oremos por la conversión de la que fue un tiempo isla fecunda de Santos y Mártires.

Publicado en Cuenca, 28 de mayo de 2020 y el 28 de mayo de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.




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