Muchas veces me he preguntado porqué se asocia a San Isidro con el agua y el ir a beberla del manantial anexo a la ermita de San Isidro en Madrid.
San Isidro Labrador. Cuenca |
Estudiando su vida veo que esta costumbre mana de su oficio, que siempre he pensado que
había sido labrador de ahí su denominación “San Isidro Labrador”. Pero más sorprendente
es su procedencia al descubrir que antes fue pocero.
Con los santos medievales, el mito y la realidad se hacen
patente en su biografía, sin saber dónde empieza uno y finaliza el otro.
Es posible
que San Isidro naciera en torno al año de 1082, antes de que el territorio
madrileño pasara a manos de los cristianos.
Debido al abúndate agua y otros
recursos, los musulmanes se establecieron en la meseta central, conocida desde
los visigodos por el enorme acuífero que atravesaba el subsuelo madrileño.
San Isidro, procedente de una familia humilde, su infancia transcurrió
en los arrabales de San Andrés, en lo que hoy es el céntrico barrio de La
Latina.
Ante la continua inestabilidad del lugar, por los ataques musulmanes, se trasladó a Torrelaguna, donde se dice que conoció a su mujer, María
Toribia (Ella alcanzó la santidad con el nombre de María de la Cabeza). Se
buscó el sustento con trabajos como el de pocero hasta que fue empleado de
labrador.
Aneja a la Capilla de San Andrés, el arquitecto Fray Diego
de Madrid, levantó la Capilla de San Isidro, en el año 1657, destinada a
albergar la urna de San Isidro, cuyo traslado se realizó en 1669. Carlos III,
ordenó que la urna fuera instalada en el antiguo Colegio Imperial, el 4 de
febrero de 1789, pasándose a llamar entonces Iglesia Real de San Isidro, que
luego sería la Catedral de Madrid.
La historia de San Isidro bien podría ser acuñado como el “santo de las aguas” al estar vinculado
la mayoría de sus milagros con ella.
Publicado en Cuenca, 15 de mayo de 2018 y el 15 de mayo de 2024.
Por: José María Rodríguez González.
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