Conocido como “El amado de María”.
El Papa Juan
Pablo0 II lo denominaba el santo del
Escapulario. Muy poco sabemos de sus orígenes, casi tan sólo que era inglés
nacido en Aylesforthm en Kent; fue posiblemente un ermitaño, y la tradición
supone que llevaba una vida solitaria haciendo penitencia dentro del hueco de
un árbol, de ahí el sobrenombre que se le da (stock que significa tronco), pero
hay que decir que este apelativo no aparece hasta un siglo después de su
muerte.
Simón,
inspirado por un espíritu profético, esperaba algo, la llegada de unos hermanos
que tenían que venir de muy lejos: unos anacoretas que desde mediados del siglo
XII habitaban las grutas del monte Carmelo, en Tierra Santa, y que por ello
recibían el nombre de carmelitas.
Poco después
de 1230, al agravarse la situación de los cristianos en Palestina, temiendo las
consecuencias del dominio musulmán estos solitarios decidieron trasladarse a
Europa, y un grupo de carmelitas se instaló en Aylesforth, donde Simón Stock, “varón
pío y tenaz”, según se le describe, se unió a ellos.
Hacia 1245 fue
elegido prior general de la orden, ya bajo su mandato ésta efectuó una gran
transformación, modificando su regla para adaptarse a un género de vida muy
distinto; se trataba nada menos que de renunciar a sus orígenes eremíticos para
habitar en conventos dentro de ciudades y ponerse al servicio directo de los
fieles.
La reforma
suscitó una grave crisis, hubo muchos descontentos, y en este difícil período
se sitúa la aparición de la Virgen a Simón Stock concediendo al escapulario de
la orden el privilegio de que quien muriera con él tenía asegurada la salvación
(ésta es una de las devociones más extendidas entre los católicos y más
recomendadas también por la Iglesia).
Tras veinte
años de gobierno –durante los cuales fundó nuevos conventos en las grandes
ciudades universitarias, como Cambridge, Oxford, París y Bolonia-, murió en
Burdeos, de donde es patrón, y sus reliquias, que se salvaron durante la
Revolución Francesa, fueron trasladadas a Aylesforth en 1951.
Publicado en Cuenca, 16 de
mayo de 2020 y el 16 de mayo de 2024.
Por: José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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FUENTES
CONSULTADAS:
-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.
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