“Tienes más paciencia que Job”
Job ha sido
considerado durante siglos como el mejor modelo de paciencia, antes de
Jesucristo. El profeta Jeremías afirma que la tierra donde Job nació y vivió
era considerada como región de grandes sabios y profundos pensadores.
Su nombre es
proverbial: “Tienes más paciencia que Job”,
esta frase ponderativa que todos entendemos por alusión a esta extraño
personaje del A.T. que no era israelita, sino, al parecer, un jeque nómada de
los árabes, “el más grande entre todos los orientales”.
En la Biblia
se narra la riqueza de este personaje: “Había en la región de Hus, un hombre de
muy buen comportamiento, que se apartaba del mal y tenía mucho ofender a Dios. Tenía
siete hijos y tres hijas. Era inmensamente rico. Tenía 7.000 ovejas, 3.000 camellos,
500 pares de bueyes, 500 asnos y muchísimos obreros. Era el más rico de toda la
región”.
Muy bueno y
temeroso de Dios, pero que no pertenecía al pueblo elegido. El autor de la
obra, judío sin duda, elige a un gentil para escenificar una historia didáctica
en la que se preguntan cosas turbadoras e inconvenientes.
Porque Job
formula preguntas sin respuesta, inquietantes y opacas todavía hoy para
nosotros. Claro está que existen las desgracias y el dolor, pero sólo sabemos
interpretar estos hechos como castigos, como si aplicáramos a lo divino la ley
del talión. Si padecemos es que ha habido una culpa, parece justo, sólo que
puede no haber tal culpa.
Los amigos de
Job sostienen que sus sufrimientos (ruina, muerte de familiares, enfermedad,
abandono) son consecuencia de sus pecados, él se declara inocente, le ronda la
tentación de suponer injusto a Dios, y el Señor habla por fin rechazando la
lógica humana y haciendo el elogio del varón de Hus, al que se restablece en la
prosperidad.
Pero sin dar
respuestas. Se quería probar la virtud del justo, sí, pero el sufrimiento que
viene de Dios sigue siendo misterioso. La adversidad es prueba en el sentido
paradójica del amor divino, y eso está más allá de la moral, no hay manera de
entenderlo. El libro de Job no lo explica, sólo la plantea dramáticamente
dejándonos en el umbral de la fe, que se esconde bajo el humilde nombre de
paciencia.
En estos
momentos que estamos viviendo viene, como anillo al dedo, este relato, tengamos
paciencia y Dios nos restablecerá en el orden normalizado con creces, los
sufrimientos que estamos teniendo. Sepamos ser paciencia y roguemos por Dios
para que nos de fuerzas y paciencia en estos días.
Un gran abrazo
desde la distancia.
Publicado en Cuenca, 10 de
mayo de 2020 y el 10 de mayo de 2024.
Por: José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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FUENTES
CONSULTADAS:
-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.
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