miércoles, 29 de mayo de 2019

La Ascensión del Señor a los cielos.

Las huellas de los pies del Salvador.
Este año de 2019, cuarenta días después del domingo de Resurrección. Este jueves, 30 de mayo se cumplen los cuarenta días. Conmemora la Ascensión del Señor al cielo, en presencia de sus discípulos, tras anunciarles que les enviaría el Espíritu Santo. Este es un día festivo en muchos países del mundo, siendo una festividad muy antigua que muestra la glorificación de Jesús. Todo un contrapunto a la humillación sufrida durante el suplicio y la muerte que representa la Semana Santa.


Como el día de la Ascensión cae este año en jueves, cumpliéndose el cuadragésimo día desde el primer día de Pascua. Esta festividad se ha trasladado al domingo siguiente, pasándose a llamar Domingo de la Ascensión, que este año será el 3 de junio de 2019.
Según el Nuevo Testamento, su origen parte de que Jesucristo se reunió varias veces con sus discípulos durante los 40 días después de su Resurrección, con el fin de instruirlos sobre cómo llevar a cabo sus enseñanzas. Se cree que cuando se cumplieron los cuarenta los días llevó a sus discípulos al Monte de los Olivos, donde vieron cómo ascendía al cielo.

Al subir al cielo, Jesucristo dejó los vestigios de sus pies divinos impresos en la roca en que descansaron por última vez. Durante muchos siglos han sido visibles, y besados con respeto y regados con lágrimas de arrepentimiento y amor. San Jerónimo, San Sulpicio Severo y San Pauino de Nola han atestiguado este hecho milagroso. “Se va a la Judea –dice San Agustín- para adorar las huellas de los pies de Jesucristo que se ven en el monte de los Olivos”.
Monte de los Olivos y la mezquita en la actualidad
Durante el sitio de Jerusalén por Tito, el ejército romano acampó largo tiempo en esta montaña, sin que ni los movimientos de las tropas, ni las patas de los caballos, ni los trabajos del campo pudiesen borrar esas huellas sagradas.

Santa Elena, llena de veneración, hizo construir en el mismo lugar una iglesia con una cúpula elevada, cuya cúspide nunca se llegó a cubrir ni artesanalmente.
Cuenta San Eusebio, que cuando se quiso pavimentar y cubrir de mármol las huellas de los pies, se tuvo que desistir del intento por imposible. Todo cuanto se ponía era rechazado al instante por una fuerza invisible, y no hubo más remedio que dejar al descubierto el lugar de las huellas. Dios quería que los fieles pudiesen contemplar a la vez las huellas sagradas del Salvador en la tierra, y por encima, el paso por donde El tomó su ruta hacia el cielo.
Lugar de la Ascensión en el interior de la mezquita
Hacia finales del siglo VII el edificio se encontraba aún en este mismo estado, pero fue destruido durante las guerras de los sarracenos. La parte de la roca que guarda las santas reliquias, fue encuadrada en cuatro piezas de mármol, se halla en la actualidad encerrada en una pequeña mezquita. Sólo se ve el pie izquierdo, pues la devoción de los peregrinos, según se cree, ha hecho desaparecer el pie derecho.

Cuenca, 30 de mayo de 2019.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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