San Antolín y Santa Teodora. Festividad religiosa del 2 de septiembre. San Antonlín Patrono de los Cazadores.

    Entre los muchos santos del día he elegido dos, los dos según la hagiografía con mucha incertidumbre histórica, del primero posee la Catedral de Cuenca un cuadro expuesto en la capilla del Bautismo y que en su peana se descubrió, no hace mucho, una inscripción donde hacer referencia a la pandemia del siglo XVII, ésta dice así: “A la devoción del glorioso san Antolín sirve con esta moldura el licenciado de Orejón y Cabrera, Mayordomo de D. Ilmo. Enrique Pimentel, Obispo de Cuenca, suplicando la intercesión con Ntro. Señor libre a esta ciudad y reino del contagio. Año 1649”.

San Antolín. Catedral de Cuenca

Como he comentado al principio del texto, el origen de este santo no está claramente dilucidado, pero tanto en Francia como en Siria y en la ciudad de Palencia en España es el Patrón y se le considera el patrón de los cazadores españoles.

Parte de sus restos se conservan en la cripta de la catedral palentina y se cree que fueron traídos por el rey Wamba, quien los recogió en Narbona en el año 672. Se cree que fue decapitado sobre el siglo VI, hacia el año 506.

Retablo de san Antolín. Catedral de Cuenca.

Dice su leyenda que sus restos fueron depositados en una cueva en Palencia. Pasado el tiempo, yendo el rey Sancho de Navarra de caza, una pieza que quería cobrarse escapó y buscó refugio en la cueva, que era la cripta donde se hallaban los restos de san Antolín. Al intentar matar al animal, el monarca sintió que el brazo se le quedó paralizado, esto lo interpretó como que estaba en un lugar santo prometiendo erigir un templo en este mismo lugar si recobraba la movilidad del brazo. Ello explica que la catedral palentina esté bajo la advocación de san Antolín y ello explica que este hecho cinegético hizo de san Antolín el Patrón de los cazadores españoles.

La otra santa del día, santa Teodora (siglo V). Cuenta su historia que era de Alejandría de Egipto. Teodora era una dama irreprochable de costumbres hasta que la tentó con su pasión un joven que al no conseguir sus propósitos recurrió a “una vieja hechicera endiablada que con sus falsas razones le engañó y pervirtió para que consintiese”.

Santa Teodora.

    Después del pecado quedó tan triste y afligida que sólo pensó en hacer penitencia, se vistió de hombre y se fue a un monasterio donde suplicó al abad que la admitiese para purgar sus culpas. Allí, con el nombre de Teodoro, admiró a todos por el rigor de sus mortificaciones.

La moza de una posadera le acusó  de ser el padre del hijo que había tenido con un viajero. Teodora (Teodoro en ese momento) no quiso negarlo y el abad la echó del monasterio con el niño que ella crio con leche de ovejas en el campo y bosques, mientras el sol hacía que su cuerpo quemado por el sol que pareciera un negro de Etiopía.

Santa Teodora con el niño.

Siete años después se la volvió a admitir, aunque sin permiso para salir de su celda, y allí murió, entonces ante el estupor general se descubrió su verdadera identidad comprobando que no era un varón. El niño que ella crio llegó a ser con el tiempo abad del mismo monasterio.

     Publicado en Cuenca, 2 de septiembre de 2020 y el 2 de septiembre de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.