Hoy estrenamos mes y el día de hoy nos marca dos grandes santos: santa Teresita del Niño Jesús y San Remigio, obispo y confesor; apóstol de Francia y uno de los más santos y sabios prelados de este país. Fue hijo de Emilio, señor de Laon y de santa Cilina, ambos dotados de grandes virtudes.
Santa Teresita del Niño Jesús. |
San Remigio fue quien convirtió a la fe de Cristo la nación francesa, bautizando a su rey Clodoveo, y adoctrinando en los misterios de la religión: habiendo vivido muchos años en el obispado, esclarecido en santidad y milagros, murió en paz el día 13 de enero, pero su fiesta se celebra en este día.
San Remigio. Bautizo del rey Clodoveo. |
Santa Teresita del Niño Jesús, es la santa más popular de los tiempos modernos y también la menos vistosa; arropada incluso por una piedad llena de bonísimas intenciones y un poco cursi, envuelta en diminutivos cariñosos que sugieren una imagen al estilo de la imaginería llamada de san Sulpicio, la fuerza interior de esta alma ha impresionado a los contemporáneos.
Esta monjita fue una más del Carmelo normando de Lisieux, callada, obediente, débil de cuerpo, tísica en sus últimos años. Nunca hizo nada extraordinario, nunca se movió de su sitio, un convento cualquiera en un rincón de provincias; las estadísticas se estrellan en su figura, aquí no hay nada que contar, nada periodístico, llamativo, brillante. Se limitó a seguir lo que ella llamaba el caminito, “la petite voie”.
Adorar, rezar, sufrir, trabajar, obedecer, encomendar. Su reino pertenece a lo invisible, a lo sobrenatural, y murió ignorada de todos. Sólo después de su muerte su libro: Historia de un alma y sus milagros la hicieron famosa, y la Iglesia la ha hecho patrona de las misiones. Asombroso patronazgo suyo, al menos a primera vista; la pobre monjita de Lisieux patrona de la actividad misionera, motor de la evangelización, ella, de horizontes humanos tan cortos, sin medios, sin dinero, sin salud. Sólo poniéndose en manos de Dios para todo y no conformándose con menos.
Publicado en Cuenca, 1 de octubre de 2020 y el 1 de octubre de 2024.
Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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FUENTES
CONSULTADAS:
-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.
-La
casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.
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