No se conservan las Actas de estos santos. Se sabe que eran dos hermanos, cuyo solo hombre ya nos indica su origen y su condición servil. Murieron quemados vivos por Cristo, con ocasión del segundo decreto persecutorio de Valeriano, en el año 258. Su nombre se lee en la Pasión de Santa Eugenia, escrito de poco valor histórico al no disponer de las Actas del martirio.
Santos Proto y Jacinto |
El sepulcro de san Jacinto fue descubierto en el año 1845, enteramente intacto. Al abrirlo apareció parte de los huesos reducidos a ceniza, con todos los caracteres de haber sufrido el tormento del fuego (de ahí la afirmación de que murieron quemados). Estaba envuelto en una tela rica con tejido de oro, parte de cuyos hilos encontró todavía el padre Marchi al abrir el sepulcro. Fueron enterrados en el cementerio de San Hermes de la antigua Vía Salaria.
Santa Eugenia nos dice que los dos Santos, aunque esclavos, eran muy cultos e influyeron notablemente en la conversión de su señora y también en la Santa Basila.
El cubículo donde estaban enterrados, en el cementerio de San Hermes, era inaccesible en el siglo IV. San Dámaso, gran admirador de los mártires e intrépido emprendedor de obras, desescombró el paso, abrió un tragaluz en la bóveda y construyó una escalera para el fácil acceso de los peregrinos.
El papa Pío IX quiso que las reliquias de San Jacinto fuesen guardadas con todo esplendor y honra en la basílica patriarcal de San Pedro, que entonces estaba en reparación.
Publicado en Cuenca, 11 de septiembre de 2020 y el 11 de septiembre de 2024.
Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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FUENTES
CONSULTADAS:
-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La
casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.
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