San Jenaro. Festividad del 19 de septiembre.
San Jenaro nació hacia el año 270, según las fuentes más modernas, en Nápoles. Su padre era gobernador y hubiera querido tener por sucesor a su hijo; así se opuso al principio de su vocación eclesiástica. Fue ordenado en el año 302, y fue nombrado pronto obispo de Benevento.
Hacia el año 303 estalló la gran persecución de Diocleciano. Tan valiente como caritativo, san Jenaro visitaba a los cristianos encarcelados por la fe y los asistía con sus limosnas y exhortaciones. Al fin el Jenaro fue detenido en Pozzuoli, encarcelado y luego enviado a Nola para comparecer ante el gobernador Timoteo. Después de varios tormentos fue expuesto en el anfiteatro a las fieras, que lo respetaron.
San Jenaro |
Por último, fue decapitado con seis compañeros el 19 de septiembre del año 305.
Una tradición añade que el cuerpo del Obispo fue abandonado en el lugar del martirio; una piadosa mujer recogió, en dos pequeñas ampollas, la sangre que se había derramado y con este tesoro se retiró a Antignano, pequeña aldea entre Nápoles y Pozzueli.
El cuerpo de san Jenaro, enterrado a corta distancia del lugar del martirio, estuvo allí hasta el edicto de Milán del año 313. El 19 de septiembre del 315 se hizo el solemne traslado, y en el momento en que el cortejo pasaba por Antignano, la mujer que había recogido las gotas de su sangre presentó al obispo las dos ampollas que guardaba reverentemente. El obispo las colocó junto al cuerpo y se dice que entonces tuvo lugar por primera vez el milagro que se debía renovar a través de los siglos hasta nuestros días, secos y coagulados, se licuó súbitamente.
El milagro de san Jerónimo consta de una serie de fenómenos extraordinarios que se repiten en determinadas épocas del año, ahora en Nápoles donde están las reliquias y en Pozzuoli, donde se conserva una piedra porosa empapada con la sangre del mártir.
La licuación de la sangre se realiza el 19 de septiembre. Con relación a la piedra porosa que se conserva en Pozzuoli tiene en la cara exterior unas manchas grises y otras rosáceas. Dos veces al año las manchas grises se convierten en rojas y las tojas toman un color más vivo. En algunos años tiene lugar una especie de sudor que deja húmeda toda la piedra. Y esto sucede precisamente a la misma hora en que se verifica la licuación la ampolla de Nápoles.
Ampolla con la sangre de san Jenaro. |
En Nápoles se realizan los tres fenómenos siguientes:
1º la licuación, en determinados días del año, de la sustancia sea y coagulada que se encierra en una pequeña ampolla de cristal y que según la tradición es la sangre del obispo Jenaro, decapitado en Pozzuoli, en el año 305, en odio a Cristo.
2º El aumento de volumen de esta sustancia, encerrada herméticamente en la ampolla de cristal.
3º El tercer prodigio sería la disminución de volumen de la misma sustancia y en las mismas condiciones.
Este triple prodigio se verifica generalmente siempre que se pone la ampolla de cristal enfrente del busto argénteo donde se guarda la cabeza de san Jerónimo. En mayo, durante nueve días consecutivos, en memoria de la traslación del 315; en septiembre, del 9 al 26, aniversario y octava del martirio y en diciembre, solamente el 16, día del patrocinio de san Jenaro, proclamado solemnemente por los napolitanos en el año 1631.
Publicado en Cuenca, 19 de septiembre de 2020 y el 19 de septiembre de 2024.
Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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FUENTES
CONSULTADAS:
-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La
casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.
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