lunes, 2 de septiembre de 2024

San Gregorio Magno (540-604). Festividad del 3 de septiembre.

 “Donde el amor existe se obran grandes cosas”

Nació en Roma en el año 540, en el seno de una familia de la que habían salido dos papas: Félix III (483-492), su tatarabuelo y Agapito (535-536). Siendo joven estudió la carrera administrativa, la cual dejó para ser monje.

Gregorio pertenecía a una familia de patricios y fue prefectus Urbis, pero lo dejó todo para hacerse benedictino, convirtiendo su palacio del monte Celio en el monasterio de San Andrés. Es de destacar que fue el primer Papa que era monje. Años más tarde fue nuncio en Constantinopla, donde adquirió buena experiencia de la tortuosa diplomacia de Bizancio. Cuando le eligen Nuncio, su primera reacción fue sobornar a unos mercaderes para que le ayuden a huir a Roma.

san Gregorio magno


No hay escapatoria, en estos tiempo de desolación y catástrofe será un gran papa, tan grande que adopta el título de “Siervo de los siervos de Dios” para subrayar la humildad servicial del que ocupa la Silla de Pedro.

Cuando todo parece que se derrumba el pueblo elige por aclamación a un papa y santo que se llama Gregorio. El Tíber se desborda, la peste diezma la ciudad, brotan herejías por todas partes, desde el norte los lombardos amenazan con engullir Italia entera y los bizantinos resultan amos orgullosos e incómodos. Roma, humillada y desmoralizada, entre ruinas y grandes recuerdo, cree ver acercarse su final.

Corto de estatura, frágil y enfermizo, desengañado de la vida y muriéndose de nostalgia por la vida monacal, pendiente de su lectura predilecta que es nada menos que el libro de Job, este hombre que parece no dar valor a las cosas humanas rige la Cristiandad de un modo firme, inteligente y eficaz.

Pacta con las fuerzas brutas de los lombardos y para los pies a la altivez de Constantinopla, sofoca cismas, manda misioneros a Inglaterra, socorre a los desvalidos, exige piedad y pobreza a los religiosos, adoctrina a los fieles y ejerce muy bien la autoridad. Quizá sin fundamento, su nombre va unido al canto llamado “Gregoriano”, pero en la historia de la santidad representa sobre todo la primacía de lo espiritual que aporta como por añadidura el secreto de manejar admirablemente las desdeñadas cosas de este mundo.

Muere el 12 de marzo del año 604. El veinte de septiembre de 1295 lo declaró doctor de la Iglesia el papa Bonifacio VIII.

    Publicado en Cuenca, 3 de septiembre de 2020 y 3 de septiembre de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

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