Hoy celebramos
un santo peculiar, que es Patrón de Dinamarca, rey cristiano en tiempos
bárbaros en los que se mezclan desconcertadamente empresas guerreras y
misioneras, invasiones, conquistas y actos de justicia no poco expeditivos con
muestras de encendida piedad. El mismo caudillo que extermina piratas e invade
Inglaterra, vuelve a su patria llevándose un piadoso botín, las reliquias de
San Albano, que se guardarán en una iglesia de Odense.
San Canuto |
Canuto IV, el
Santo reinó en Dinamarca desde 1080 hasta su asesinado en 1086. Era hijo
ilegítimo de Svend II. Sucedió a su hermano Harald III Hen. En la Iglesia
Católica es llamado San Canuto.
Ya proclamado
rey, reprimió con vigor implacable sublevaciones de sus súbditos, deposita su
corona al pie del crucifijo, lucha contra los estonios y funda hospitales,
iglesias y monasterios; no tiene nada de blando como monarca, pero nadie más
solícito que él para con los ancianos y los enfermos, a quienes visita,
consuela y colma de grandes limosnas.
Unos rebeldes
le tendieron una trampa en la isla de Fionia, y después de fingir que se
sometían le cercaron en la iglesia de San Albano con unos pocos caballeros
leales. Allí confesó, se prosternó al pie del altar, perdonó a sus enemigos y
se dispuso a librar la última pelea. Así murió Canuto, muy cerca de las
reliquias que trajo de Inglaterra, se le considera mártir, y en el año 1100 el
Papa autorizó su culto.
En un siglo de
hierro él hizo cuanto pudo por ser un soberano a la imagen de Dios, que era lo
que se le pedía.
Publicado en Cuenca, el 19 de
enero de 2021 y actualizado el 19 de enero de 2024.
José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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