Cuando uno
visita Bruselas no puede pasar sin visitar su catedral, considerada como la principal
iglesia Católica de Bélgica. Está dedicada a San Miguel y a Santa Gúdula, a
esta virgen brabanzona que es también patrona de la ciudad, pero fuera de
Bélgica es muy poco conocida, y a muchos su nombre les sonará a extraño y
bárbaro, como la oscura y lejana época en que vivió. Hoy quiero resaltar y dar
a conocer su persona.
Santa Gúdula |
Santa Gúdula,
Gúdula de Bruselas o Gúdula de Moorsel, es una santa Católica y Ortodoxa belga,
patrona de Bruselas. Su fiesta se celebra el 8 de enero. Nació en el condado de
Brabante, lo que hoy es Bélgica, en el año 650.
Catedral de San Miguel y Santa Gúdula. Bruselas |
Su persona
aparece en medio de una constelación familiar de santos: hija de santa
Amalberga, ahijada de santa Gertrudis de Nivelle y hermana de san Aldeberto y
santa Reinalda, se educó en el convento de Nivelle y luego vivió con sus padres
en Ham, cerca de Alost, enteramente dedicada a la piedad y a las buenas obras.
Colaboró con
su hermano en las misiones de éste por el Brabante, y se le atribuyen infinidad
de milagros, como el del niño mudo que recobró el habla en sus brazos y la
curación de una leprosa. A su muerte un larguísimo cortejo de pobres,
recordando su generosidad, se sumó al entierro.
Pero su anécdota
más o menos legendaria de su juventud es la que la identifica con el atributo
de linterna: Se dice que a media moche se levantaba para hacer sus devociones
alumbrándose con una linterna o farol y saliendo de su casa para ir a la
capilla de madera dedicada a San Salvador en Moorsel, y un día el diablo,
furioso de verla tan devota: le apagó la linterna que llevaba en la mano.
Gúdula se puso en oración, arrodillada en el barro y la lámpara volvió a encenderse
milagrosamente.
Esta leyenda
ha dado lugar al distintivo iconográfico de la Santa: una linterna, a veces
reemplazada por un cirio, que la Santa lleva en la mano, mientras el demonio da
señales de rabia a sus pies y un ángel lateral enciende de nuevo el cirio.
Hubert, el
antiguo cronista de Lobber, nos presenta a Santa Gúdula como una mujer
consagrada de cuerpo y alma al socorro del prójimo. Volviendo un día de la
capilla de Moorsel, encontró a una pobre mujer que llevaba en brazos un niño de
diez años paralítico de pies y manos. Gúdula lo tomo en sus manos, lo acarició
y rogó fervorosamente a Aquel que dijo: “Todo lo que pidiereis a mi Padre en m
nombre os lo concederá”, inmediatamente el niño se sintió curado y comenzó a
dar saltos de alegría.
Tras una breve
enfermedad Gúdula murió, probablemente el 8 de enero de 712. Hubert nos
describe la desolación de las pobres gentes de la comarca que estaban
acostumbradas a ver en ella una especie de hada protectora. Su cuerpo fue
trasladado a Moorsel, donde se estableció un monasterio de religiosas que duró
poco tiempo. Más tarde sus restos fueron confiados a Carlos de Francia, hijo de
Luis, duque de la Naja Lorena. Probablemente en 977. Durante unos sesenta años
su cuerpo reposó en la iglesia de San Géry de Bruselas, entones simple capilla
castrense, construida junto a la residencia condal.
Cuenca, 8 de
enero de 2020 y el 8 de enero de 2024.
José María Rodríguez
González. Profesor e investigador histórico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario