Martirio de San Sebastián de José de Ribera.1591 |
Estamos lejos
de aquel personaje perdido en la antigua leyenda del que ni siquiera sabemos
donde nació; en Narbona, según unos, quizás en Milán, al decir de San Ambrosio,
que debió de ser su maestro. En cualquier caso fue sin duda un oficial de la
guardia del emperador.
Por su fe se
le condeno a morir asaetado tal vez en el monte Palatino, y la tradición
asegura que sobrevivió a sus heridas gracias a los cuidados de una piadosa
viuda, Santa Irene, y que apenas repuesto de sus heridas, se apareció al tirano
como un espantoso fantasma que vuelve del más allá para reprocharle su cruel
proceder.
De nuevo se le
condenó a muerte, ahora por flagelación, y su cadáver se arrojó al lugar más
inmundo de Roma, la Cloaca Máxime, de donde le recuperaron los cristianos para
darle sepultura en las catacumbas de la Vía Apia; muy cerca de allí hoy se haya
la basílica de San Sebastián extramuros.
Este Santo del
doble martirio fue popularísimo en la antigüedad, patrón de Roma, después de San Pedro y Pablo, protector de la peste, con
infinitas iglesias en el mundo entero y una gran ciudad española que lleva su
nombre. Su imagen, secularizada por el arte y hermoseada hasta el equívoco,
tiene un patetismo muy peculiar que hace que imaginemos al mártir como un
genial actor que representa a costa de su vida el último acto del drama de la
salvación.
San Sebastián murió a principio del siglo IV, durante la estancia de Diocleciano en Oriente, gobernando la península italiana su colega Maximino Hercúleo.
Retablo de San Fabián y San Sebastián.
Catedral de Cuenca. Obra de Diego de Tiedra. 1551
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En nuestra
catedral tenemos un retablo dedicado San Sebastián que comparte con San Fabián.
Fue el Canónigo Juan Fernández de Heredia quien sufragó los gastos de su
realización, cosa que realizó Diego de Tiedra entre los años 1551 y 1552. San
Sebastián está representado por una talla de madera policromada en el centro del
retablo, con San Fabián papa. Actualmente en restauración.
La actual Misa del Sacramental romano es, con alguna que otra modificación, la antigua de San Sebastián, a la que se ha incorporado el nombre de San Fabián.
San Fabián es uno de los Papas más gloriosos e influyentes en el siglo III. Subió al solio pontificio en el año 236 y provechó la paz que gozó la Iglesia bajo el gobierno de Filipo el Árabe (244-249) para reorganizar la cristiandad de Roma. San Calixto había organizado la propiedad y el tesoro; San Fabián organizó la ciudad, desde el punto de vista religioso. La dividió en regiones diversas, que puso bajo la dirección inmediata de diáconos, y emprendió grandes obras en los cementerios.
Después de su martirio su cuerpo fue trasladado a la cripta papal de San Calixto. Sobre la lápida se inscribió la sigla de obispo, en griego, y luego la de mártir, con su nombre propio. Parte de esta inscripción ha llegado hasta nuestros días.
Detalle de las tallas de San Fabián y San Sebastián.
Catedral de Cuenca. obra de Diego de Tiedra.
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Publicado en Cuenca, 20 de
enero de 2021 y actualizado el 20 de enero de 2024.
Por: José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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