jueves, 25 de enero de 2024

Santa Paula (347-404). Festividad del día 26 de enero.


  Es también conocida como Santa Paula de Roma, fue una antigua santa romana, discípula de San Jerónimo y fundadora de monasterios en Tierra Santa. Es considerada copatrona de la Orden de San Jerónimo.

Un grupo de damas romanas se reúne en el palacio que Marcela posee en el monte Aventino para escuchar las lecciones bíblicas de un monje extranjero, el gran Jerónimo, amiga y maestro del Papa Dámaso. Junto a Marcela están su madre y su hermana, y allí está también su amiga Paula, una noble viuda de treinta años. Es en el año 383.

Paula descendía de los Escipiones y los Gracos, su difunto marido Toxocio fue senador, y ella era rica y admirada; pero aun antes de asistir a aquellas lecciones en el palacio convertido casi en monasterio, se había consagrado a la más estricta piedad. Jerónimo pudo decirle, como escribió más tarde a otro corresponsal: “No me  resigno a nada mediocre en ti”, y bajo su influencia ella y sus dos hijas, Blesila y Eustoquia, estudiaron hebreo para leer las Escrituras y sólo vivieron para Dios.

Al poco tiempo muere Blesila, y al faltar también el Papa Dámaso, Jerónimo, víctima de violentísimos ataques y de atroces calumnias, sale de Roma en agosto de 385, y no sacudiendo el polvo de sus sandalias, pero sí dejando entre paréntesis el amor fraterno, se despide con una carta en la que dedica rayos y venablos a sus enemigos.

“Paula y Eustaquia, mal que le pese al mundo, son mías en Cristo”, dirá, y semanas después, las dos fieles discípulas, junto con unas vírgenes, embarcan en Ostia tras la estela del monje; se reúnen con él, recorren Tierra Santa y Egipto, y por fin se instalan en Belén, fundando un monasterio para hombre, otro para mujeres y una hospedería para peregrinos, con objeto de que no faltase acogida donde le Niño Jesús no la encontró.

Paula gasta toda su fortuna, se desvive en caridad y fervor, y cuando muere Jerónimo le dedica una impresionante carta epitafio. Sus últimas palabras fueron: “Todo lo ven ya mis ojos quieto y sosegado”.

Publicado en Cuenca, 26 de enero de 2020 y 26 de enero de en 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario