El día 28 de
febrero de 1721, moría en Cuenca el obispo D. Miguel del Olmo y fue enterrado
en la Capilla Mayor de la Catedral.
Fue caballero
de la Orden de Santiago, auditor de Rota, gran canciller de Milán, consejero de
Castilla y obispo de Cuenca.
Fue el primer
obispo del siglo XVIII en la diócesis de Cuenca. Sucesor del Ilmo. Sr. San
Martín, fue semejante al oro que pasa siete veces por el crisol antes de que se
haga de él una alhaja. Difícilmente se hallará otro prelado que pasase por
tantos destinos antes de ser colocado en el candelero de la iglesia conquense.
Así nos lo describe Trifón Muñoz y Soliva.
Era hijo de
Miguel del Olmo, natural de la Riba de Santiuste, obispado de Sigüenza, y de
Victoria de la Riba, natural de Almadrones. Fue instruido y educado en aquella
Universidad en el colegio seminario de san Bartolomé y docto en la sagrada
teología, pasó al colegio de santa Cruz de Valladolid a cursar cánones y leyes.
Tomó posesión
por medio de la su apoderado D. Íñigo Fernández de Velasco, deán de esta santa
iglesia, el 7 de mayo de 1706. Fue uno de los mejores obispos que ha tenido
Cuenca.
Fue un obispo
prudente que jamás tomó medidas fuertes con los eclesiásticos. Escribió varios
cuadernos de Decisiones Sacrae Rotae. Dejó
por heredera de sus bienes al Arca de la
limosna de san Julián de la ciudad.
Murió en esta
diócesis el día 28 de febrero de 1721 y está sepultado en la capilla mayor de
esta Santa Basílica Catedral de Cuenca.
Publicado en Cuenca, 28 de
febrero de 2021 y el 28 de febrero de 2024.
Por: José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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