Un día como
hoy pero del año 1848 tomaba posesión del Episcopado de Cuenca D. Juan Gualberto Ruiz de Cachipín y Feijóo,
por su apoderado D. Jerónimo Priego.
Nació en
Calahorra, donde su padre desempeñaba el cargo de la administración de correos.
Dedicado a las letras y mostrando aplicación fue llevado a Salamanca, en cuya Universidad
cursó filosofía y ambos derechos y recibió los grados académicos de bachiller y
licenciado con laudes. Siendo aún estudiante opositó a la canonjía doctoral de
Santander y fue agraciado ganándola con soltura. Después opositó a la de la
catedral de León que también la obtuvo. En esta iglesia se encontraba de
doctoral y de maestrescuela en 1847, cuando el 16 de agosto de dicho año, S.M.
Católica Doña Isabel II le presentó para la vacante del Sr. D. Jacinto Ramón
Rodríguez Rico(Obispo de Cuenca). Pasó la gracia S.S. Pio IX el 17 de diciembre siguiente fue consagrado el 9 de
abril de 1848 en el convento de la Encarnación de Madrid por el Nuncio de S.S.
Sr. Brunilli, siendo asistentes el Excmo. Sr. Arzobispo de Toledo y el Ilmo.
Sr. Obispo de Almería; tomó posesión por su apoderado el licenciado D. Jerónimo
Priego, vicario capitular, el 18 de abril. Llegó a Cuenca al ponerse el sol el
29, y el 30, previos los juramentos, hizo su entrada solemne en la Catedral.
Arcos góticos de la catedral de Cuenca. |
Cuenta las actas
de este prelado, que era de elevada talla, de musculatura vigorosa, de
condición apacible y rostro simpático, era de un candor infantil. Enemigo de
empalagosas fórmulas, accesible a todo el mundo y caritativo con los pobres.
Su episcopado
sólo duró cinco meses y nueve días. Creo que no se mereció el trato que le
dispensaron sus feligreses, todo fue por una indiscreción a la que no estaba
acostumbrado el pueblo de Cuenca y esto fue así:
“Hallándose pobre
al ser nombrado obispo, a efectos del destierro que sufrió por causas políticas
y de la mezquindad y mal pagadas dotaciones del clero, y empeñado en unos
cuatro mil duros, que le anticipó un sobrino para los gastos imprescindibles,
no contando con fondos para dejar establecida a su antigua ama de llaves, tuvo
la indiscreción de traerla consigo y darle habitación en el palacio Episcopal.
Esta acción jamás vista en sus antecesores.
Esto de ver
una mujer en palacio, chocó tanto en esta ciudad, que su muerte pronta y
efímero pontificado los imputó el vulgo al castigo de san Julián por tamaño
escándalo”.
D. Juan Gualberto Ruiz de Cachipín y Feijóo
murió el 9 de octubre de 1848 y yace entre la capilla mayor y la de Caballeros
en la catedral de Cuenca.
Es de estacar
que en estos meses de pontificado se estableció en Cuenca la compañía de
serenos, compuesta de cuatro y un cabo, pagados de fondos municipales.
Dividieron la ciudad en distritos y la vigilancia de toda la noche, avisando de
su paso y la hora si algún vecino necesitara de su auxilio.
Serenos 1927. |
Su uniforme es un
saco con capuchón, sus armas alabarda y pistola y llevaban un farol encendido.
Cuidaban también del alumbrado. Anteriormente solo había un sereno, que se
sostenía de cuestaciones. El pago de los nombrados en este año de 1848 ascendía
a 10.365 rs., recibiendo 2000 rs., cada uno y el cabo un real más cada día. He
de decir que ya en el siglo XX mi abuelo, por parte de madre, además de
carpintero, fue sereno en nuestra ciudad, hasta su jubilación, del que conservo
tu garrote y bastón.
Publicado en Cuenca, 18 de
abril de 2020 y el 18 de abril de 2024.
Por José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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