Este es uno de
los santos que por su nombre y apellidos apenas se le reconoce, pero llamándole
simplemente san Telmo en seguida se
recuerda a un santo de gran devoción entre la gente del mar, que dicen ver su
figura en las ráfaga luminosas que aparecen durarte las tormentas sobre los
mástiles de los barcos.
Sin embargo,
fue hombre de tierra adentro, leonés quizá de Astorga; hizo brillantes estudios
en la universidad de Palencia y, bajo la protección de su tío el obispo, se
ordenó sacerdote para ser al cabo de poco tiempo canónigo y deán.
San Pedro González Telmo. |
Al parecer, Pedro
González, será en sus primeros años, un eclesiástico que derrochaba fastuosidad
y muy presumido hasta que un día de Navidad, cuando formaba parte de una
cabalgata entre la admiración de los palentinos, su caballo resbaló en la
nieve, y él, envuelto en sus galanos arreos, acabó en el fango en medio de la
rechifla general.
¿Pero qué
ocurrió realmente en este acto que marcaría su vida? Os lo cuento: Lo sucedido
guarda similitud con lo que le ocurrió a Pablo de Tarso, a él cuando iba a la
ceremonia de su toma de posesión del cargo de Deán, Pedro tuvo una caída del
caballo, vestido con sus mejores galas y delante de la multitud. El hecho le
hizo reflexionar sobre su actitud hasta la fecha y decidió abandonar la vida de
pompa y vanidad, pidiendo el ingreso en la Orden de Predicadores de Palencia.
Este episodio
de vanidades humilladas, en el que la arrogancia y su lujo tienen una especie
de camino de Damasco, le hizo reflexionar, ingresó en un convento de dominicos
y, una vez convertido en el más humilde de los frailes, fue por obediencia un
gran predicador itinerante de su orden.
Ejerció como
capellán del rey Fernando III (San Fernando) en las campañas del sur, animando
al soberano, como su confesor que fue, a continuar el avance contra los
musulmanes. Recorrió Castilla, Galicia y Portugal, y al fin se asentó en Tuy.
Fue en esta zona donde entró en relación con las comunidades de pescadores y
marineros y donde se le atribuyen milagros, como atravesar el río Miño a pie o
apartando con sus manos una tormenta que iba a descargar sobre los que seguían
su predicación.
Cuenta su
biógrafo que viéndose sediento después de una caminata, fue a pedir agua para
beber, y una pobre mujer rehusó darles por que sólo disponía de una pequeña porción
de vino que le había mandado guardar su amo, solicitándoselo el Santo ella
accedió y bebieron él y su acompañante y quedó en la vasija la misma cantidad
que había al principio.
San Telmo
murió en Tuy cuando iba a emprender una peregrinación a Santiago. Su tumba está
en la Catedral de Tuy y es venerado en muchas localidades de la costa gallega y
las zonas marítimas en general. Los marinos le invocan cuando se producen las
tormentas y llaman fuego de san a las fosforescencias que, a veces, se forma
sobre los mástiles de los barcos.
Durmió en el
sueño de los justos poco después del día de la Resurrección del año 1246. Los
milagros con que manifestó Dios su santidad fueron tantos y tan frecuentes, que
concurrían de todas partes con votos y presentallas, testimonios de los favores
recibidos.
Es
representado iconográficamente con un cirio encendido en la mano derecha y un
barco en su mano izquierda, vistiendo el hábito de los dominicos.
Publicado en Cuenca, 15 de
abril de 2020. Actualizado 15 de abril de 2024.
Por: José María Rodríguez
González. Profesor e investigador histórico.
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-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La
casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
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