Hoy para
finalizar el mes nos propone el Santoral Católico a san Pío V, un fraile
dominico que ocupó el Vaticano sólo seis años y que fue canonizado en 1712 por
Clemente XI.
Se llamaba Antonio
Ghisliere, piamontés de origen muy humilde, ingresó en la orden dominica, fue
inquisidor en la diócesis de Como, y ya en la cincuentena, obispo, cardenal y
en 1666, Sumo Pontífice, tras un agitado cónclave en el que patrocinó su
elección san Carlos Borromeo, sobrino del difunto Pío IV, quien no había
mantenido buenas relaciones con el que fue su sucesor.
San Pio V |
Era notorio
que el nuevo papa no iba a ser blando y transigente, y así fue. Vivía como en
un convento, con gran austeridad, celebraba misa todos los días (algo
infrecuente por aquella época), muy caritativo y constante en las lecturas
piadosas y el rezo del rosario (sus atributos son un crucifijo y un rosario).
Enérgico y de
una independencia férrea, se tomó muy en serio sus deberes. En la ciudad de Roma
reprimió implacablemente toda mundanidad, vicio y escándalo, y respecto al
conjunto de la Iglesia aplicó las normas de Trento sabiamente que urgían las
reformas más profundas. Ya en 1566 publica el famoso Catecismo trentino que
lleva su nombre, que luego haría reeditar a santo Tomás, refunde el breviario y
el misal, combate la simonía y el nepotismo, vigila la elección de obispos.
Duro y no
siempre acertado en asuntos de política, se enfrenta a Felipe II, excomulga a
Isabel de Inglaterra y forma una liga con España y Venecia que tiene sus frutos
en la victoria de Lepanto, tras la cual instituye la fiesta de Nuestra Señora
del Rosario. Hombre de acción y de oración, tal vez en ocasiones demasiado
fraile, da toda su medida en una dolorosísima muerte (Se le hallaron en la
vejiga tres piedras de seis onzas) mientras rezaba: “Tu que aumentas el dolor,
aumenta también la paciencia”. En su sepulcro de santa María la Mayor está barbada
y sonriente, bendiciendo con un gesto augusto y paternal de serenidad.
Publicado en Cuenca, 30 de
abril de 2020. Actualizado 30 de abril de 2024.
Por: José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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FUENTES
CONSULTADAS:
-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.
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