Casilda, adaptación
castellana del árabe “Casida”, eso es, cantar o poema. Se supone hija del rey
moro de Toledo Aldemón o Almamún, a quien se ha dado también otros muchos
nombres, y era al parecer una princesa muy compasiva que se apiadaba de la
suerte de los cautivos cristianos.
Santa Casilda de Toledo. Zurbarán. |
En un bello
lienzo de Zurbarán la vemos entre majestuosos ropajes llevando rosas en el
halda, ya que según la tradición daba de comer a los presos, y al sorprenderla
su padre y preguntarle qué ocultaba en los pliegues de su vestido, ella dijo
que rosas, y en flores se convirtieron las viandas, como también se atribuye a
santa Isabel.
Era ya
cristiana de corazón por el trato con aquellos cautivos, pero ¿cómo iba a
bautizarse en Toledo?, y entonces empezó a padecer un flujo de sangre que
ningún médico acertó a curar; sólo
sanaría, le dijo una voz del cielo, bañándose en el lago de san Vicente que hay
en tierras de Briviesca.
Aldemón
consintió en aquel viaje a los reinos cristianos y Casilda, después de sanar de
su mal tras bañarse allí, se bautizo e hizo construir una ermita en aquel mismo
lugar donde vivió satamente hasta su muerte.
“La virgen
mora que vino a Toledo”, muy venerada en Burgos, reposa en aquel cerro que
domina en valle, en el santuario actual, lugar de peregrinación durante siglos
y que no deja de frecuentar la piedad de nuestros contemporáneos.
Se le invoca
contra el flujo de sangre, y dicen que basta que una mujer pruebe sus aguas y
eche una piedra al lago para tener asegurada la descendencia.
Publicado en Cuenca, 9 de
abril de 2020 y el 9 de abril de 2024.
Por: José María Rodríguez
González. Profesor e investigador histórico.
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