Dos santos que aunque pertenecen a distinta época su fiesta se celebra
el mismo día.
Con los años a uno se le agarran en el cerebro
cosas inverosímiles o manías, una es el afán de contar todo, esta quedó
arraigada en mí cuando hice el estudio de investigación sobre la iconografía de
la Catedral. Desde entonces me da por contar el número de elementos iguales que
hay en cualquier sitio, buscando el simbolismo numérico que entraña o esconde
tras ellos. El otro lo cogí de los compañeros del Instituto los Llanos de
Albacete, donde tuve mi primer destino tras aprobar las oposiciones en las Enseñanza
Medias. Ellos en el primer recreo se jugaban los cafés y según salían los
números los llamaban por el nombre de su denominación no el numérico, así el 1
era el galán, el 11 las banderillas, el 13 la mala pata, el 15 la niña bonita y
el 22, los dos patitos. Por tanto hoy celebramos el día del mes de los dos
patitos y curiosamente hoy hablaré de dos santos que celebramos al mismo
tiempo. San Sotero y san Cayo.
San Sotero y san Cayo |
Dos santos que aunque pertenecen a distinta época
su fiesta se celebra el mismo día, el 22 de abril.
Comenzaré por san
Sotero, diré que era napolitano y nació en Fundi, a finales del siglo
primero o principios del segundo. Sus méritos lo elevaron al pontificado en el
año 161, a la muerte de san Aniceto. Eran los tiempos de Marco Aurelio, bajo su
reinado padeció muchas persecuciones la Iglesia. En Roma, con un gran número de
cristianos, fue condenado a las minas de Cerdeña perdiendo su libertad.
En las cartas
que le escribió san Dionisio, obispo de Corinto, se aprecia la gran caridad de
esto Santo: “Has derramado tu
beneficencia sobre los hermanos, enviando a muchas iglesias limosnas y
socorriendo a todos los pobres, especialmente a los que trabajan en las minas.
En todas partes renuevas la generosa caridad de tus antecesores, socorriendo a
los que padecen por Cristo”.
Su celo y
caridad fueron coronados con el martirio, cuyos pormenores no han llegado hasta
nosotros, pero del que no se puede dudar, porque en todos los Martirologios se
le cuenta entre los confesores de la fe, entre los que sellaron con su sangre
el testimonio de la verdad.
El
Martirologio Romano nos habla de san
Cayo como Papa y mártir del tiempo de Diocleciano. El Liber Pontificalis nos lo presenta obligado a esconderse por algún
tiempo en las profundidades del cementerio de Calixto. Y dice en su primera
redacción que destacó como confesor. Una segunda redacción añade que fue
coronado con el martirio. El Papa Sergio II, trasladó su cuerpo del cementerio
de Calixto a la iglesia de Equicio, dedicada a los santos san Silvestre y san
Martin. Venerándose en Toledo algunas reliquias suyas. También guardan algunas
en la de los Jesuitas de Munich, en Baviera.
San Sotero y san Cayo |
San Cayo,
nació en Dalmacia. Al morir el papa Eutiquiano, el año 283 fue elegido Papa por
unanimidad. Los críticos modernos dicen que no existe ningún documento
auténtico de su martirio. El título de mártir le puede venir solamente por los
trabajos que hubo de pasar al principio del reinado de Diocleciano. La
veneración con que miraron los cristianos su tumba prueba ciertamente que murió
en olor de santidad, así como el título de confesor que le da el Liber Pontificalis.
Se ha
encontrado la inscripción de una difunta que quiso ser enterrada en el
cementerio de Calixto junto a san Cayo: ad
Dominum Caium. Este término de señor designa en las catumbas a los mártires
o confesores ilustres junto a los cuales tenían devoción de reposar los demás
cristianos.
San Cayo murió
el 22 de abril del año 296, como dice su epitafio, encontrado fragmentado en el
cementerio de Calixto, junto a la cripta del Papa Eusebio. Las actas
legendarias de santa Susana lo hacen hermano del senador Gabinio y pariente de
Diocleciano. Lo que únicamente parece cierto es que vivía junto a la casa de
santa Susana y de su padre Gabinio.
San Sotero y
san Cayo fueron inscritos en el calendario romano bastante tarde. Pero la
devoción de los fieles a ambos es muy antigua. Sobre todo nos han quedado
documentos de la devoción a san Cayo.
Publicado en Cuenca, 22 de
abril de 2020 y el 22 de abril de 2024.
Por: José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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FUENTES
CONSULTADAS:
-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.
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