miércoles, 3 de abril de 2024

San Benito el Negro (1526-1589) y San Isidoro, Obispo y doctor. Festividades del 4 de abril.

    Hoy celebramos dos santos. San Benito el Negro y San Isidoro que en honor a un gran amigo, que falleció hace algunos años abriré con su biografía contándoles una historia de su vida, que vendrá muy bien para los momentos que nos han tocado vivir, y luego me centraré en san Benito el Negro que es más fácil que no halláis oído de él.

San Isidoro nació en el seno de una familia hispanorromana, su padre se llamaba Severaino y su madre Teodora, eran de raza germánica y vivían en Cartagena, donde nacieron Leandro, Fulgencio y Florentina. Emigraron a la provincia bética y al morir pronto el padre fue, el mayor de los hermanos, Leandro quien se encargo de la educación de Isidoro, siendo algo duro y severo en la pedagogía con sus hermanos.
San Isidoro Obispo de Sevilla

La leyenda nos muestra al niño que, acobardado por las reprensiones y vencido por el desaliento, ante la imposibilidad de meterse en la cabeza la lección, huye de la escuela y se echa a andar sin rumbo fijo por la campiña del Guadalquivir. Fatigado y sediento, se sienta en el brocal de un pozo y empieza a contemplar los huecos abiertos en la piedra. Pensativo lo encuentra una  mujer que venía con un cántaro para coger agua y le explica el porqué de aquellos huecos y surcos en la roca. La gota de agua al caer un día y otro día en el mismo sitio había acanalado la roca. “Entonces, dice el biógrafo del siglo XII, pensó el niño que si el agua, cayendo lentamente y siendo constante en el tiempo, puede vencer la dureza de la piedra, su espíritu rebelde y duro podría también recibir la huella de la enseñanza”.

Por el año 583, cuando su hermano Leandro se encontraba en Constantinopla, Isidoro ya era valiente paladín del catolicismo por esos tiempos. Hacia el 600 muere Leandro y es elegido Isidoro por unanimidad para sucederle en la silla de Sevilla. En el 619 reúne y preside el Sínodo II hispalense y en el 633 asiste al IV  Concilio de Toledo, el que preside. Murió el 4 de abril de 636. Estos son los hechos escuetos, enteramente ciertos, de su vida.

Hablando de san Benito el Negro diré que era siciliano de nacimiento y negro de piel, hijo de unos esclavos que trabajan en una propiedad cercana a Messina, nació también como ellos en la esclavitud y se sabe que de niño fue pastor.
San Benito el Negro

Su amo le dio la libertad y a los veintitantos años se unió a un grupo de remitas franciscanos, convirtiéndose a partir de entonces en un fidelísimo seguidor del ejemplo del santo de Asís. Después de que este grupo se dispersara hacia el 1564, Benito fue aceptado como hermano lego en un convento de Palermo, y como no sabía leer ni escribir se le confiaron las tareas de la cocina.

Un cocinero singular (como por estas mismas fechas le era así mismo en otros conventos de la orden el español san Salvador de Horta) por su admirable piedad, por su humildad y por las curaciones que prodigaba. A todo esto, ¿Qué platos saldrían de sus manos, qué guisos angélicos preparaba ese frailecito del color del carbón?

Su singularidad se puso de manifiesto en 1578 cuando a pesar de ser sólo lego y analfabeto encima se le eligió superior. Costó mucho convencerle de que aceptara, y luego tal vez más de un fraile se arrepintió de haberle convencido, porque impuso la interpretación más estricta y austera de la regla franciscana.

Más tarde fue maestro de no novicios y , al parecer, otra vez cocinero, que era lo que él prefería, un santo literalmente entre pucheros, asediado por multitudes de enfermos que invadían la cocina conventual pidiéndole que les sanara con su infalible oración y su gesto taumatúrgico entre el vaho de las cacerolas.

Publicado en Cuenca, 4 de abril de 2020. Actualizado el 4 de abril de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.


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