La ciencia no encuentra explicación ante el hecho de licuarse la sangre.
Capitel de las ruinas de iglesia de San Pantaleón en Cuenca |
Hoy, día 27 de julio se celebra
la festividad de San Pantaleón, nació en Nicomedia, hoy en día se conoce como Turquía, vivió en el siglo III de nuestra Era. Estudió filosofía y después se
dedicó a la medicina como su padre. Fue médico del emperador
Galerio Maximiano. Fue perseguido por Diocleciano en el año 303. Tras ser
torturado de varias maneras, por no querer renegar de su fe, murió. Dice la tradición que su martirio fue
realizado bajo una higuera seca que floreció al recibir sus raíces la sangre de
Pantaleón al ser decapitado.
La iconografía lo representa con
una pequeña cruz y un escapulario y también, al pie de un olivo o higuera seca.
Iconografía de San Pantaleón |
Se conserva dos reliquia del Santo en todo el mundo, consistente en una ampolla de cristal con cierta cantidad de sangre. Una de ellas está en Ravello (Italia) y otra ampolla en
España, en el Real Monasterio de la Encarnación de Madrid. Cada año la ampolla
es expuesta al público y cada 27 de julio se licua. La ciencia actual no
ha sabido explicar el hecho.
El proceso de licuación es muy
lento, la sangre va poco a poco cambiando de color, inicia por el mes de mayo,
en el mes de junio ya se puede ver cierta licuación, lo que hace aumentar el
volumen del contenido de la ampolla, terminando de licuarse el 27 de julio, el
día de su martirio.
El año pasado recibió entre 7.000
y 10.000 visitas el monasterio para apreciar el hecho y este año se espera una
afluencia similar.
Nuestra ciudad dedicó una iglesia
a San Pantaleón, sus ruinas se pueden visitar en la calle de San Pedro, se conserva el
arco ojival de la portada que se apoya sobre capiteles con decoración vegetal y
con algo de iconografía, concretamente se aprecia un caballero lanceando a un
dragón que guarda cierta relación con la simbología de los templarios.
Arco de las ruinas de la iglesia de San Pantaleón Cuenca, en la calle de San Pedro |
José María Rodríguez González, profesor e investigador histórico
Como siempre soberbia tu lección profesor. Gracias.
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