La Iglesia
Romana conmemora hoy cuatro santo con un mismo Oficio y Misa, aunque pertenecen
a épocas distintas.
Los cuerpos de
los mártires Nazario y Celso fueron hallados en el año 396 por san Ambrosio, en
un jardín de las afueras de Milán. Encontró primero el cuerpo de San Nazario,
perfectamente conservado, con la cabeza separada del tronco y con la sangre
rubicunda y fresca, como si acabara de ser decapitado.
Santos Nazario y Celso |
El cuerpo de
san Nazario fue trasladado a la basílica de los Apóstoles, donde Dios lo honró
en seguida con la instantánea liberación de un endemoniado. El mismo san Ambrosio
compuso un himno en honra del Santo mártir.
El cuerpo de
san Celso parece que quedó en el mismo jardín donde fue descubierto y desde
luego fue transportado a la basílica de los Apóstoles. Más tarde se levantó
una iglesia en su honor y luego en el siglo XI un monasterio. El culto de los
dos Santos mártires milaneses se propagó por toda Italia, gracias a la autoridad
y devoción de san Ambrosio.
Con relación a
san Víctor I fue decimotercer Papa después de San Pedro y es célebre en la
historia de los tres primeros siglos cristianos por sus cartas a todas las
Iglesias, ordenando Sínodos y reuniones para determinar la fecha de la
celebración pascual. Aun los obispo más lejanos del Asia Menor obedecieron sus
órdenes y enviaron a Roma su parecer y voto.
San Víctor
había nacido en África y poseyó para aquellos tiempos una gran
cultura, que reflejó en su gobierno general y en varios volúmenes, de que nos
habla san Jerónimo. Es considerado como el escritor latino más antiguo. Fue
sepultado en el Vaticano, cerca de san Pedro, y el Martirologio le atribuye la
gloria del martirio, aunque nada dice el Libro Pontifical.
San Inocencio I Papa. |
Por último san
Inocente I, gobernó la Iglesia a principio del siglo V. Intervino enérgicamente
en la defensa del perseguido Crisóstomo y trabajó generosamente a favor de Roma,
con ocasión de la invasión de Alarico. Comisionado por el Senado romano, salió
de la Ciudad Eterna en dirección a Rávena. No triunfó en su misión, pues las
tropas bárbaras entraron en Roma, mientras él trabajaba por la paz.
Orosio compara
a san Inocente con el justo Lot, a quien Dios sacó de Sodoma y Gomorra para
librarlo de los horrores del fuego y de la destrucción. Roma, efectivamente,
ardió en castigo de sus pecados, como otra Sodoma, mientras el Papa trabajaba
fuera por la paz entre el emperador Honorio y Alarico.
Murió san
Inocencio el 12 de marzo del año 417 y fue sepultado en el cementerio de
Ponciano.
Publicado en Cuenca. 28 de julio
de 2020 y 28 de julio de 2024.
Por: José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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FUENTES
CONSULTADAS:
-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La
casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J.
Madrid. 1961.
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